El mandatario acusó a los implicados en el sonado caso de estar aliados con factores de la extrema derecha local y del Gobierno de EE.UU. para «desfalcar» al país.
Apenas «el 1 %» de la trama de corrupción conocida como Pdvsa-cripto ha salido a la luz, aseguró este lunes el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien ha dirigido personalmente los esfuerzos para develar ese esquema.
«Yo te puedo decir, con conocimiento absoluto de todas estas pruebas, que esto es apenas el 1 % de lo que tenemos. Te puedo garantizar que esta investigación ha arrojado elementos contundentes, que se consolidó una mafia muy corrupta que aprovechó la confianza y el poder que se les dio, no solo para desfalcar al país, sino que se articuló en un plan con la derecha extremista y con el Gobierno de los EE.UU.», sostuvo el mandatario en su programa televisivo Con Maduro+ al ser preguntado por un periodista sobre el tema.
Maduro recalcó que aquello que en un momento se pudo considerar presuntivo «hoy está confirmado con pruebas en mano, con declaraciones», que no se limitan «al breve tiempo» empleado por el fiscal general Tarek William Saab para exponer los avances de esta causa ante los medios de comunicación.
En su decir, entre los elementos probatorios de los que disponen las autoridades se cuentan videoconferencias a través de la plataforma Zoom, conversaciones telefónicas y «declaraciones de los involucrados», en las que se han expuesto los detalles «de cómo se articularon» y se demuestra que el empresario Samark López –a quien calificó como «la mano derecha» del exministro de Petróleo Tareck el Aissami– mantenía contacto regular con agentes de la extrema derecha local con fines conspirativos.
Contubernio sostenido
De acuerdo con las pruebas colectadas durante las pesquisas, las conversaciones entre el lugarteniente del exministro de Petróleo y personeros como Leopoldo López, Carlos Vecchio, Carlos Ocariz y Julio Borges –todos ligados al pretendido Gobierno interino de Juan Guaidó– comenzaron en enero de 2018 y le proveían a El Aissami un canal de comunicación con ese sector, afirmó el líder venezolano.
Así las cosas, dijo Maduro, el entonces alto funcionario estuvo al tanto del intento de magnicidio en su contra (agosto de 2018), el fallido golpe de Estado del 30 de abril de 2019 y la Operación Gedeón, con la que un grupo de paramilitares y desertores del Ejército venezolano intentó invadir el país suramericano a través de una acción anfibia.
«Y luego tenían una conspiración activa donde estaban Julio Borges, Carlos Vecchio como el gran extorsionador, Carlos Ocariz. Eran los grandes extorsionadores, amenazaban gente en Venezuela de ponerles órdenes de captura en EE.UU., sanciones, y les pedían plata (dinero). Se va a conocer cuánta plata le dieron a Julio Borges, a Carlos Vecchio, a Carlos Ocariz y a otros más. (…) Robaban plata por aquí y les daban plata por allá, además de lo que se robaron con Guaidó», apuntó.
El objetivo de estas acciones habría sido «destruir desde adentro el plan de recuperación económica, que empezó a dar resultados en 2021″. Pero fue justamente la falta de resultados del plan en el segundo semestre de 2022 lo que aparentemente alertó a Maduro, quien empezó a recibir informes y a «dirigir la investigación».
«A mí nadie me puede venir con cuentos. Tengo moral porque los enfrenté, los descubrí y eran de mi mayor confianza; los capturé, están presos, convictos, confesos, y caerá todo el peso de la ley sobre ellos, sobre sus grupos», completó.