El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, dijo anteriormente que los representantes de Ucrania y Estados Unidos estaban negociando el volumen de apoyo militar, financiero y de otro tipo para Ucrania durante los próximos 10 años. Sin embargo, un acuerdo de este tipo, si se firma, puede no servir en absoluto a los intereses de Ucrania.
El analista financiero y geopolítico Tom Luongo ha aportado información sobre las implicaciones del reciente compromiso de la administración Biden de financiar a Ucrania durante la próxima década. Profundizó en los impactos a corto y largo plazo en la economía estadounidense, así como en los motivos subyacentes detrás de tal medida.
Al analizar el contexto más amplio, Luongo enfatizó que el conflicto ucraniano va más allá de la mera especulación por parte del Complejo Militar-Industrial.
«Esto es mucho… más grande que la corrupción mezquina de algunos oligarcas del complejo MI estadounidense. Este conflicto tiene que ver con la perpetuación de un sistema neocolonial de extracción por parte de Occidente y el control monopólico de las rutas comerciales alrededor de las principales vías fluviales que conectan Europa, Asia y África» , argumentó Luongo.
Destacó el papel de Estados Unidos y sus aliados en la búsqueda de una agenda neocolonial, contrastándola con el rechazo de Rusia a tales términos.
En respuesta a las afirmaciones de la administración Biden de que la ayuda militar a Ucrania crea empleos en Estados Unidos, Luongo la descartó como una táctica de distracción.
Señaló informes recientes sobre pérdidas de empleos en Estados Unidos y criticó que «la Oficina de Estadísticas Laborales ha publicado constantemente cifras que desafían toda descripción tratando de pintar un panorama optimista para la economía estadounidense» en medio de una inflación creciente y otros desafíos.
Luongo cuestionó además la descripción que hizo la administración Biden de la ayuda militar a Ucrania como beneficiosa para la economía estadounidense en general. Sugirió que los principales beneficiarios son las empresas relacionadas con el Complejo Militar-Industrial, y no el público estadounidense en general. También expresó su preocupación por los posibles intereses personales que impulsan la postura de Biden sobre el tema.
En cuanto a las implicaciones financieras, Luongo sugirió que si bien el impacto inmediato en la economía estadounidense podría no ser significativo dada la escala de la financiación, el compromiso significa una maniobra geopolítica más profunda.
«Creo que es una suposición muy mala y una provocación directa hacia Rusia. Implica que la OTAN podrá garantizar este acuerdo con Ucrania… Implica que este conflicto está lejos de terminar…», afirmó Luongo.