La respiración asistida a Ucrania por parte de EEUU ya está zanjada y Volodímir Zelenski recibirá lo que ha estado exigiendo desde hace seis meses para seguir atrincherado y atornillado a su cargo en su papel de intermediario en el conflicto de Occidente contra Rusia. La cuestión ahora es quién paga la cuenta: Washington mira a Bruselas.
Europa, el saco de boxeo de EEUU
En las reuniones anuales de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) en Washington días pasados, funcionarios estadounidenses metieron presión a sus pares europeos que reniegan de utilizar parte de los 280 mil millones de dólares en activos rusos congelados en territorio comunitario. Dicho de otra forma: EEUU quiere recuperar su inversión en Ucrania como sea, y como es altamente probable que Kiev no pueda pagar esas deudas, entonces Washington pretende que Bruselas asuma todas las deudas.
Y aquí se abren dos caminos favorables a Rusia. Por un lado, la mayoría de esos activos rusos en Europa están en poder de Euroclear, que posee 210.000 millones. Según declaró en marzo un funcionario de esa entidad financiera, en caso de confiscación ilegal de los activos, Euroclear podría enfrentar numerosas demandas por parte del Banco Central de Rusia, que a través de tribunales rusos probablemente tomaría los 33.000 millones de euros de Euroclear que están en el depósito nacional de valores en Moscú.
Añadió que Rusia también podría emprender acciones legales para incautar efectivo de Euroclear en depósitos de valores en Hong Kong y Dubái. Y lo más interesante: es probable que haya más demandas de bancos occidentales que perdieron su dinero invertido en Rusia. «Ese es el mecanismo mediante el cual Euroclear podría quedar totalmente vacío, básicamente», explicó, al indicar que, si Euroclear se quedara sin capital, el Banco Central belga tendría que retirarle su licencia, lo que probablemente causaría una crisis financiera global.
Y por otro lado, también en marzo, el profesor de economía de la Universidad Estatal de Moscú e investigador jefe del Instituto de Economía de la Academia Rusa de Ciencias, Andréi Kolganov, dijo que «Rusia ya ha tomado la tutela de los activos de una serie de empresas extranjeras que se negaron a operar en Rusia».
Recordó que este instrumento ya se utilizó contra inversores extranjeros que poseían una participación en la compañía cervecera Baltika, así como en los activos del consorcio energético finlandés Fortum, señaló el profesor.
«Así que, en principio, ya se ha elaborado el mecanismo para la confiscación de activos extranjeros. Pasar de la tutela a la confiscación es, en principio, un procedimiento técnico bastante sencillo. El importe de los activos congelados en el territorio de la Federación Rusa, o que pueden serlo, se estima actualmente en unos 288.000 millones de dólares», explicó Kolganov.
Para Walter Formento, director del Centro de Investigaciones en Política y Economía (CIEPE), EEUU, la OTAN y Davos están totalmente decididos a imponerle a la Unión Europea (UE), y particularmente a Alemania, Francia e Italia, el costo de confiscar los activos rusos depositados en bancos de la UE.
«La UE resiste esa posición porque significaría destruir la confianza y la confiabilidad de los grandes bancos y el sistema financiero del bloque comunitario, porque sabemos las normas que se firman respecto de la inviolabilidad de los fondos de otros, o de terceros en el sistema de la UE, algo que es igual en todo el mundo. Por lo tanto, EEUU, y particularmente los sectores dominantes en el Partido Demócrata, están tratando de que la UE rompa lanzas estructuralmente con Rusia, lo cual generaría un daño profundo y estructural en los sectores de la banca europea. Y por eso la fuerte resistencia de la UE a esta decisión de EEUU, y particularmente del Partido Demócrata», indica Formento.