El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, se reunió éste viernes con el secretario de Estado estadounidense

Por el momento, no está claro qué temas serán los más importantes durante la reunión.

El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, se reunió el viernes en Pekín con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.

Wang advirtió a Blinken que «se están creando factores negativos» entre Washington y Pekín. El secretario de Estado, por su parte, dijo que será «muy directo» con China sobre sus preocupaciones. No obstante, añadió que «espera avances» en las relaciones bilaterales.

«La cuestión de si las relaciones entre China y EE.UU. seguirán el camino correcto de la estabilidad y el progreso, o repetirán el ciclo de caída en espiral, es uno de los principales problemas a los que se enfrentan ambas naciones y que pone a prueba su sinceridad y sus capacidades», remarcó Wang.

El canciller chino señaló que Pekín siempre se ha adherido a los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación en beneficio común para promover el desarrollo de las relaciones bilaterales con Washington.

Subrayando la importancia de los intereses fundamentales de cada parte, el gigante asiático advirtió a EE.UU. de que se abstenga de interferir en sus asuntos internos y de suprimir su desarrollo y aseveró que no debe cruzar las líneas rojas de China en lo que respecta a su soberanía, seguridad e intereses nacionales.

El miércoles, el diplomático estadounidense llegó a Shanghái en el marco de una visita de tres días al gigante asiático. Allí Blinken se reunió con funcionarios gubernamentales.

Anteriormente se informó sobre la posibilidad de que Blinken y Wang abordarán la situación actual en Taiwán y Oriente Medio, así como las relaciones entre China y Rusia. En los últimos días, algunos medios estadounidenses sugirieron que Blinken podría trasladar una advertencia a Pekín para que deje de apoyar a la industria de defensa rusa.

De acuerdo a los reportes, Washington estaría considerando imponer sanciones contra ciertas entidades de China para desconectarlas del sistema financiero global, a menos que el gigante asiático deje de suministrar semiconductores y otras mercancías que, se presume, ayudan a Moscú a sortear las restricciones occidentales. Sin embargo, desde China tacharon estas acusaciones de «infundadas».

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