Burlas, insultos y contraste con Lacalle Pou: lo que dejó el paso de Milei en la Fundación Libertad

El presidente presumió los supuestos logros de su política económica.

El presidente de Argentina, Javier Milei, aprovechó su discurso en la cena de la derechista Fundación Libertad para burlarse de los economistas que critican su gestión, insultar a políticos opositores y defender su drástico plan de ajuste.

La cita que los militantes conservadores realizarón el miércoles por la noche en Buenos Aires, también evidenció diferencias internas, ya que el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, hizo una firme defensa del papel del Estado que Milei tanto defenestra.

En uno de los tramos más polémicos de su presentación, Milei imitó de manera burlona al economista liberal Carlos Melconian, quien ha cuestionado sus medidas, en particular la promesa de dolarizar la economía del país sudamericano.

«Se equivocó, pero es más fácil tirar volquetes de estiércol antes que reconocer el error«, afirmó.

Por otra parte, se refirió al expresidente Alberto Fernández como «títere» y dijo que había encabezado un «gobierno delincuente», en tanto que al gobernador peronista de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, lo despreció al llamarlo «chico soviético».

Por el contrario, halagó a su gabinete y comparó a sus ministros con Lionel Messi, capitán de la selección argentina que ganó el Mundial de Catar y máxima estrella del fútbol a nivel global.

Milei también volvió a hacer gala del lenguaje ordinario que caracteriza sus intervenciones, y que al principio escandalizaba, al prometer que la economía va a crecer «como pedo de buzo».

Diferencias

El presidente aseguró que los argentinos deberían regocijarse porque por primera vez se le está dando «duro y parejo» al gasto público, que él ha recortado en un 35 % en sus primeros cuatro meses de Gobierno.

«Vamos muchachos, eso es sacar al Estado del medio. Es decir, la verdadera presión fiscal es el tamaño del Estado. Si le pegamos semejante recorte, vamos que les estoy devolviendo libertad a lo loco», afirmó entre aplausos de la clase política y empresarial que colmó el evento, y entre quienes se encontraban los expresidentes de Argentina, Mauricio Macri; y de España, José María Aznar.

Poco antes, habían aplaudido con el mismo enfásis a Lacalle Pou, quien había defendido el rol del Estado y la democracia, en la cual Milei tampoco cree.

«Hay cosas que están en el ADN de nuestro país y ya nadie discute, entre ellas un Estado fuerte. No quiere decir un Estado grande. Significa tener instituciones fuertes. Tiene que haber una democracia fuerte y, no es muy popular lo que voy a decir pero, se la debemos en Uruguay a los partidos políticos. Sin ellos, la democracia es más riesgosa», afirmó.

Lacalle Pou defendió, además, la importancia de las políticas sociales al advertir que es muy difícil gozar de la libertad individual si se vive en un barrio pobre, sin acceso a salud ni educación. «Tenemos que tener un Estado fuerte para poder gozar de la libertad», advirtió.

El contraste entre ambos mandatarios fue tan claro, que provocó una inmediata reacción en redes sociales, con críticas e insultos de los seguidores de Milei hacia el presidente uruguayo.

«Enloqueció Lacalle Pou», acusó La Derecha Diario, el influyente órgano mediático de la ultraderecha en la región.

Definiciones

Milei afirmó que los «economistas profesionales» que lo critican son deshonestos, ignorantes o resentidos.

«Si se quisieran suicidar, lo mejor que podrían hacer es tirarse de lo más alto de su ego. Digo, quedarían hechos un huevo frito, abajo», se burló.

Por otra parte, el presidente aseguró que sólo es cuestión de tiempo para cerrar el Banco Central, como prometió, e insistió en que él evitó «una hiperinflación del 17.000 %», cifra que no es avalada por ningún análisis profesional.

«Hay algunos caraduras, hay colegas, intelectualmente deshonestos, que niegan que había una hiperinflación plantada», se quejó al presumir que este año habrá una inflación del 150 % en Argentina.

En la recta final de su discurso, aseguró que la pobreza, que ya ronda al 50 % de la población, se debe a la negativa de los gobernadores y funcionarios provinciales para aplicar un ajuste.

«La fuente de que haya tantos pobres tantos indigentes y que haya un montón de argentinos cagándose de hambre es culpa de los malditos políticos que no quieran bajar el gasto público», señaló.

 

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