El santuario de Yasukuni guarda los nombres de todos los soldados que murieron sirviendo a Japón, incluidos más de 1.000 declarados criminales de guerra.
China ha condenado la ofrenda de bonsái realizada el domingo por el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, en un controvertido santuario situado en Tokio, en el que se venera a personas declaradas criminales de guerra, informa Reuters.
«El santuario de Yasukuni está dedicado a 14 criminales de guerra de Clase A que fueron gravemente responsables de la guerra de agresión [japonesa contra China]», declaró el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, durante una rueda de prensa.
Asimismo, aseguró que Pekín se opone firmemente a los «movimientos negativos» de Tokio. «El Ministerio de Asuntos Exteriores chino y la embajada china en Japón han hecho declaraciones solemnes a Japón, respectivamente», agregó.
Tanto China como Corea del Sur consideran el mencionado santuario —establecido en 1869— un símbolo de la pasada agresión militar de Japón, ya que en él figuran los nombres de todos los soldados que han muerto sirviendo a Japón, incluidos 1.068 personas declaradas criminales de guerra en juicios tras la Segunda Guerra Mundial. De ellos, 14 son criminales de Clase A, que fueron juzgados entre 1946 y 1948 por los aliados en los Procesos de Tokio.