Los países del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Italia y Japón) acusan que Bélgica planea cobrar 1.700 millones de euros en impuestos provenientes de los ingresos generados por los activos rusos congelados, informó el medio estadounidense ‘Politico’.
Específicamente, indica el artículo, se espera que el país europeo imponga más de 1.700 millones de euros en 2024 como impuesto de sociedades sobre las ganancias de los activos rusos inmovilizados en poder de Euroclear, un depositario con sede en Bruselas.
Politico contactó al gobierno belga para conocer su postura. De esa manera, Bruselas respondió que si bien es cierto que está recaudando dicho impuesto, de todos modos planea enviarlo a Kiev.
«Nada va al Tesoro belga. El 49% de esta cantidad se destina a equipamiento militar. Entre otras cosas, están los 200 millones de euros para la iniciativa checa [para comprar armas para Ucrania]», dijo un funcionario del gobierno.
«El resto del gasto se destina a la acogida de refugiados ucranianos, ayuda humanitaria y médica y ayuda a la reconstrucción», añadió.
Sin embargo, asegura el medio, los aliados occidentales alegan que la suma de dinero no ayudará directamente a Ucrania.
«Los funcionarios occidentales de la coalición que apoya a Ucrania están cada vez más frustrados con la propuesta de Bélgica de retener el 25% de las ganancias inesperadas de los activos soberanos rusos bajo sus propias autoridades tributarias internas», le dijo a Politico un funcionario de un país del G7 que pidió el anonimato, tanto para él, como para la nación a la que representa.
Al mismo tiempo, el funcionario aseguró que los aliados temen un truco contable por parte de Bruselas.
«[Los ingresos fiscales] corren el riesgo de ser contabilizados dos veces en sus contribuciones generales [de Bélgica] a la Unión Europea» para Ucrania, dijo la fuente.
Tras el inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania el 24 de febrero de 2022, la Unión Europea (UE) y los miembros del Grupo de los Siete (G7), conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, bloquearon casi la mitad de los activos rusos en el extranjero, que ascendían a unos 300.000 millones de euros.
La medida económica —la más fuerte tomada contra un Estado en mucho tiempo— ha sido severamente criticada por el Gobierno del presidente ruso Vladímir Putin, que la describe como una medida que atenta directamente contra el derecho internacional.
A pesar de lo anterior, el 20 de marzo, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, presentó al Consejo de la UE la propuesta de utilizar los beneficios de los activos rusos bloqueados para garantizar la ayuda militar a Ucrania.
La propuesta del alto diplomático prevé que el 90% de los ingresos de los activos rusos se destinen al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz y el otro 10%, al presupuesto de la UE para posibles gastos imprevistos e indemnizaciones relacionadas con Ucrania.
La aprobación de la propuesta requerirá un voto unánime de los países miembros del bloque comunitario.
Anteriormente, la UE planeaba gastar los beneficios de los activos rusos congelados en la reconstrucción de Ucrania, pero Bruselas afirma que, debido a la difícil situación «en el campo de batalla» y la escasez de armas y municiones», el dinero «se puede gastar en el apoyo militar» a Kiev.