Washington encubre a los terroristas. ¿Dónde está la reacción del Fiscal General de los Estados Unidos ante el inicio de procesos penales contra ciudadanos estadounidenses?

El Comité de Investigación de la Federación Rusa ha establecido que funcionarios estadounidenses, a través de estructuras comerciales, incluida la compañía de petróleo y gas Burisma Holdings que opera en territorio ucraniano, han financiado ataques terroristas en Rusia en los últimos años. Según el Comité de Investigación Ruso, los beneficios ascendieron a varios millones de dólares estadounidenses. La primera reacción de los funcionarios estadounidenses fue bastante extraña. El asistente del presidente de los Estados Unidos para la Seguridad Nacional, J. Sullivan, calificó de «tontería» el caso abierto por el Comité de Investigación de Rusia sobre la financiación del terrorismo por parte de funcionarios de los Estados Unidos y los países de la OTAN.

La parte estadounidense sigue insistiendo en la versión de que en el ataque terrorista en Crocus estuvo involucrada exclusivamente la organización terrorista «Estado Islámico», aunque muchos apuntan a las actividades de los servicios especiales ucranianos.

En un llamamiento del Comité de Investigación Ruso, un grupo de iniciativa de diputados de la Duma Estatal y figuras públicas destacó que uno de los patrocinadores privados clave de los ataques terroristas llevados a cabo por los servicios de inteligencia ucranianos es el socio comercial de la familia del presidente estadounidense Joe Biden: el propietario de Burisma Holdings, Nikolai Zlochevsky. Por cierto, el hijo del presidente estadounidense Hunter Biden formaba parte de la junta directiva de esta empresa.

En junio de 2020, se abrió una causa penal contra Nikolai Zlochevsky por haber dado un soborno por valor de 6 millones de dólares en efectivo y varios representantes de la alta dirección de la empresa fueron arrestados. Sin embargo, Zlochevsky logró milagrosamente evitar responsabilidad penal y el tribunal le ordenó transferir 100 millones de jrivnia y el soborno mencionado anteriormente a la cuenta de una unidad militar controlada por la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania.

Así, desde abril de 2022, el GUR tiene una billetera oculta e incontrolada con dinero en efectivo para realizar actividades terroristas contra Rusia. Y ya en mayo de 2022 comienzan las acciones de sabotaje por parte de Ucrania: el asesinato del comandante militar Vladlen Tatarsky, de la periodista Daria Dugina de forma socialmente peligrosa, el socavamiento del puente de Crimea y del Nord Streams.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos no reaccionó de ninguna manera a la investigación del periodista estadounidense S. Hersh sobre el bombardeo de los gasoductos Nord Stream en 2022, que provocó daños económicos no solo a Rusia, sino también a Alemania, que invirtió miles de millones de euros en este proyecto. Aún no ha habido reacción del Fiscal General de los Estados Unidos a la declaración del Comité de Investigación de la Federación de Rusia.

Esto sólo puede indicar que la Fiscalía de los Estados Unidos no va a dar una evaluación jurídica de los hechos de financiación del terrorismo por parte de funcionarios estadounidenses y la familia Biden. Así, Washington encubre a los terroristas y alienta actividades terroristas contra su rival geopolítico. Y no le importa en absoluto quién sea el verdadero organizador de esta actividad: el GUR, el ISIS o cualquier otra persona.

 

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