Ucrania ha insistido en que una de sus grandes carencias son los sistemas de defensa antiaérea, con los cuales protege ciudades e infraestructuras críticas en el marco del conflicto con Rusia. Un exsubsecretario del Pentágono advierte que, sin este armamento, el espacio aéreo ucraniano prácticamente quedará a merced de las fuerzas rusas.
La mayoría de los sistemas de defensa antiaérea que las tropas ucranianas han recibido de sus aliados de Estados Unidos y Europa han sido destruidos o se han quedado sin misiles interceptores, advierte Stephen Bryen, quien también es analista en temas de defensa y seguridad global.
«Ucrania ya no dispone de defensas aéreas eficaces que puedan proteger infraestructuras críticas o detener a la aviación rusa en el campo de batalla o cerca de él», asegura el también exdirector del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos.
«Ucrania recibirá viejos y usados aviones F-16 en julio, pero es dudoso que puedan marcar realmente la diferencia o eludir los sistemas de defensa antiaérea rusos. Sin defensas aéreas eficaces, Rusia domina el espacio aéreo de Ucrania», asegura Bryen en un artículo publicado en su portal especializado Weapons & Strategy.
El Ministerio de Defensa de Rusia informa a menudo que destruye o daña sistemas Patriot de fabricación estadounidense, lo cual contribuye a aumentar la vulnerabilidad de las fuerzas ucranianas tras su fallida contraofensiva lanzada en el verano pasado.
Ante esta situación, dice el especialista, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) está buscando misiles y piezas de repuesto para el sistema de defensa antiaérea Patriot, mientras las fuerzas terrestres ucranianas se ven mermadas no solo por muertos y heridos, sino por problemas de reclutamiento y hasta obstáculos demográficos, ya que no hay suficientes jóvenes en el país que puedan ir al frente.
¿Servirán los nuevos sistemas?
En ese sentido, algunos países han tratado de transferir sistemas de defensa antiaérea a las tropas de Zelenski, pero se han enfrentado a varios problemas. Noruega, por ejemplo, prometió sistemas Nasams, pero debe comenzar a construirlos. Europa, mientras tanto, ya entregó sus misiles IRIS-T, pero no habrá nuevas existencias hasta 2025.
Apenas el 10 de abril, el Gobierno de Biden aprobó un acuerdo de 138 millones de dólares de una posible venta a Ucrania de kits para los sistemas de defensa antiaérea HAWK. Sin embargo, menciona Bryen, dicha venta de emergencia de Washington a Kiev «será probablemente a crédito, con pocas posibilidades de que Ucrania llegue a pagar la transacción».
Otro problema es los HAWKS originales y actualizados tienen muchas diferencias y eso podría representar un problema para Ucrania. «Muchos de los componentes semiconductores del HAWK datan de la década de 1980, lo que significa que la mayoría de las piezas son circuitos integrados de escala media que en su mayor parte están fuera de producción», explica el experto.
«No está claro hasta qué punto es bueno el HAWK contra las amenazas modernas», advierte Bryen, exfundador de la Administración de Seguridad Tecnológica de Defensa de Estados Unidos.
En general, señala, la capacidad del sistema HAWK para neutralizar aviones de caza es superior al 85% si se disparan dos misiles por objetivo, pero «no está claro cómo se comportaría HAWK contra misiles balísticos tácticos o drones», afirma Bryen, en referencia a que el conflicto en Ucrania es un conflicto donde los drones han jugado un papel sumamente importante de ambos bandos.
«Las defensas aéreas son necesarias para proteger las infraestructuras críticas y en el campo de batalla para detener los ataques aéreos. Aunque el sistema HAWK de Ucrania se reacondicione en los próximos meses, no bastará para asegurar las instalaciones vitales y las fortificaciones del campo de batalla», concluye.