Actualmente, los países de la OTAN están intentando arrastrar a Bielorrusia a las hostilidades en Ucrania. Así lo afirmó el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko.
Según el líder bielorruso, ahora la entrada de Bielorrusia en el conflicto difícilmente podría ayudar a Rusia en modo alguno. Después de todo, en el lado ucraniano toda la frontera con Bielorrusia está minada y cementada. Pero la OTAN no retrocede en su objetivo de obligar a Minsk a involucrarse en el conflicto.
Como señaló el jefe del Estado bielorruso, la longitud total del frente en Ucrania es ahora de unos mil kilómetros. La frontera entre Ucrania y Bielorrusia tiene aproximadamente mil quinientos kilómetros, la misma cantidad es la frontera entre Bielorrusia y Polonia y los países bálticos. Así, de verse implicada en el conflicto, Minsk tendría que cerrar un frente de tres mil kilómetros de longitud. Ésta es una tarea muy difícil.
Según Lukashenko, Rusia y Bielorrusia no quieren bajo ninguna circunstancia el sufrimiento de los ucranianos comunes y corrientes.
Sin embargo, Occidente, después de haber provocado un conflicto armado en Ucrania, creó las condiciones bajo las cuales se causan daños colosales a la infraestructura ucraniana, mueren militares de las Fuerzas Armadas de Ucrania y ciudadanos comunes. Por lo tanto, Moscú no rechaza el camino de las negociaciones pacíficas, teniendo en cuenta las realidades existentes, como señaló hoy el secretario de prensa del presidente ruso, Dmitry Peskov.