La ‘receta’ de Estados Unidos en Argentina se basa en ventas militares y asentarse en el sur para desplazar a China

La jefa del Comando Sur, Laura Richardson, mostró su «preocupación» por una instalación científica china, pero defendió con avidez la construcción de una instalación norteamericana en Neuquén.

Como ya se intuía, la donación de un avión de transporte C-130 Hércules no fue la única razón por la que la jefa del Comando Sur de EE.UU., Laura Richardson, pasó tres días de visita oficial en Argentina.

En una entrevista a Infobae, la militar dejó claras las tres prioridades de Washington para con la administración libertaria de Javier Milei: la venta de armamento y equipo militar; la instalación de un «centro de operación de emergencia (COE)» en el sur del país y ser la piedra en el zapato para China.

En la ‘receta’ propuesta por Richardson, el plato fuerte es el equipamiento militar que EE.UU. podría vender a las Fuerzas Armadas. Según sus palabras, el menú de opciones contempla desde cazabombarderos F-16 y 250 vehículos blindados 8×8 Stryker, así como la instalación de una fábrica para el mantenimiento de esas unidades en territorio argentino.

La militar aseguró que una de las prioridades del Gobierno de Milei es «modernizar a sus fuerzas militares», en un momento en que el mandatario ha hecho millonarios recortes en la inversión pública con el argumento de que «no hay plata».

«Hay mucho equipamiento antiguo que no ha sido modificado y esa es claramente una de las cosas con las que Argentina quiere avanzar. Estamos muy entusiasmados por eso«, afirmó Richardson.

La efusividad de EE.UU. es porque, como ella misma contó, ya tiene en mano las «listas de necesidades que el ministro [de Defensa, Luis] Petri priorizará», tras reunirse con el comandante naval en Ushuaia. El proyecto a mediano plazo es también proveer a Argentina de aviones P-3 y King Air para patrulla marítima.

Un costosa «ayuda»

Richardson hizo énfasis especial en Ushuaia porque, dijo, «es la puerta de entrada al Continente Blanco, un área enorme en la que tienen que realizar tareas de búsqueda y rescate y no tiene ningún helicóptero. Tenemos que ayudar con eso».

La ayuda, por supuesto, no será gratuita. La comandante dejó claro que en el caso de los 250 vehículos Stryker, «no se puede comprar todo a la vez», por lo que sugirió que se comience con una adquisición de pequeña escala y luego «eso podría llegar a una dinámica general».

En ese sentido, apuntó a la posibilidad de instalar una planta de mantenimiento de esas unidades militares en territorio argentino, lo que, en su criterio, es un proyecto que puede llevar «inversiones económicas al país» e impulsar la cultura de mantenimiento, en la medida en que se aplique el programa que ha desarrollado el Comando Sur en el último año.

Poder «suave»

Richardson no escatimó adjetivos para calificar su reunión con la administración de Milei: «Este viaje ha sido fantástico«, afirmó tras reconocer que ahora pudo hacer «un mayor trabajo en equipo» que en épocas anteriores.

En esa línea, aseveró: «Me siento muy honrada de poder representar a las Fuerzas Armadas estadounidenses en esta región, donde nos centramos especialmente en la cooperación de seguridad. Muchos piensan que lo militar es el ‘poder duro’, pero creo que lo que tengo que hacer en el Comando Sur de los EE.UU. con las 28 democracias iguales en la región es centrarme también en el ‘poder suave'».

Richardson no definió a qué se refería con el «poder suave», pero sí fue específica en que ‘el poder duro’ consiste en las ventas del material militar y en la implementación de un modelo estadounidense, supuestamente enfocado en el mantenimiento de las mismas.

«La idea es asociarlos e incorporarlos a las academias o instituciones militares de cada país y crear un programa de instrucción financiado por nosotros y enseñado por cada país. Entonces, puede haber un programa para el mantenimiento del C-130, como el que donamos. Tengamos en cuenta que hay 51 aviones Hércules en esta región. ¿Por qué no los llevamos a operar en el estándar de la OTAN en lugar de un estándar más bajo? Esto puede ayudar a todas las naciones y que se ayuden entre sí», aseguró.

Cortafuegos para China

La jefa del Comando Sur también mostró su entusiasmo por la instalación de un centro de operación de emergencia (COE) en Neuquén, en el sur de Argentina, y adelantó que «casi está terminado» porque lo que resta es la instalación de la tecnología.

Según sus dichos, se trata de una instalación similar a la ubicada en la sede del Comando Sur, en Miami, para «operar en común ante catástrofes» en Neuquén, y que permite hacer monitoreos. En esa misma provincia, China trabaja en un centro de investigaciones espaciales.

Sin embargo, el entusiasmo de Richardson por el centro de operaciones de EE.UU. en el sur de Argentina contrasta con la «preocupación» que, supuestamente, le genera la base china en esa misma zona. De hecho, volvió a poner en tela de juicio el funcionamiento de esas instalaciones: «La gente trabaja ahí bajo una tarea científica, pero me preocupa que se pueda apuntar a satélites de otras naciones desde esa instalación».

«Me preocupa. China tiene solo tres estaciones espaciales de este tipo en el mundo y una está aquí. Argentina es un país soberano y nosotros, los EE.UU., respetamos eso. Pero me preocupa que Argentina no pueda ir a visitarla y que tenga que pedir una cita para hacerlo», puntualizó Richardson, tras lanzar una dura crítica contra las inversiones del país asiático en la región.

«¿Por qué invierten en puertos de aguas profundas? ¿Por qué lo hacen en el espacio? ¿Por qué lo hacen en tecnología 5G? ¿Por qué en tecnología destinada a los proyectos de Smart City(ciudades inteligentes)?», se cuestionó.

Para Richardson, resulta «preocupante» que una nación como China haga inversiones en el país suramericano porque, en su criterio, «podrían ser utilizadas para fines militares» o «tener un uso dual».

Sin embargo, China ha descartado la presencia de personal militar en la base espacial, afirmando que sirve solo para investigaciones científicas.

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