Dañar la unidad de Rusia. Fue el objetivo principal del ataque terrorista del pasado 22 de marzo en la sala de conciertos Crocus City Hall, en las afueras de Moscú. Así lo declaró el presidente, Vladímir Putin, al indicar que esa tarea será imposible porque «tenemos un país que demuestra un ejemplo único de consenso y unidad interconfesionales».
Rusia, sólida como una roca
Según Putin, la condición principal y básica del éxito de Rusia es la unidad de su sociedad multinacional. «Tenemos todos los motivos para creer que el principal objetivo de quienes ordenaron el sangriento y terrible atentado terrorista de Moscú era precisamente dañar nuestra unidad. No hay otros objetivos», sentenció el mandatario ruso.
«Efectivamente, la sociedad rusa tiene grupos étnicos diversos. […] Desde luego que este terrible atentado […] tenía la intención de enemistar, no solo a la etnia rusa eslava ortodoxa contra ciudadanos de otras repúblicas de la Federación de Rusia, sino también contra las exrepúblicas soviéticas, porque sabemos que los ejecutores materiales son de Tayikistán.
Entonces esto [el ataque terrorista] es un intento de enemistar a toda la Comunidad de Estados Independientes, la CEI, que se formó después de la caída de la Unión Soviética», observa al respecto Ana Teresa Gutiérrez del Cid, profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco.
En un escenario en que Occidente trata por todos los medios de convencer a todo el mundo de que detrás del atentado está el grupo terrorista Estado Islámico, y no Ucrania, Putin señaló que Rusia «no puede ser objeto de atentados terroristas por parte de fundamentalistas islámicos», ya que «tenemos un país que demuestra un ejemplo único de consenso y unidad interconfesionales».
«Viéndolo desde este lado del mundo [México], como vecinos de EEUU, pues eso es exactamente lo que se ha dicho, que es el Estado Islámico [EI, proscrito en Rusia]. Pero cuando analizamos más profundamente, vemos que el EI, ni es Estado, ni es islámico. Es la creación de mercenarios al servicio de EEUU. […] Por lo tanto, vemos que aquí hay una conexión», concluye Gutiérrez del Cid.