VIENA — El conflicto en Ucrania demostró que las armas occidentales no pueden garantizar la superioridad de las Fuerzas Armadas de Ucrania en el campo de batalla, declaró a Sputnik el jefe de la delegación rusa en las negociaciones en Viena sobre la seguridad militar y el control de armas, Konstantín Gavrílov.
«Durante la operación militar especial, Rusia desacreditó muchos mitos sobre la superioridad de los estándares militares occidentales. Se hizo evidente para todo el mundo que el uso de armas occidentales por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania y los métodos supuestamente avanzados de planificación de operaciones de la OTAN no pueden garantizar la superioridad en el campo de batalla», dijo Gavrílov.
El diplomático añadió que «actualmente no hay nada único o invulnerable a las armas rusas en el campo de batalla»
«En muchos casos, los equipos de fabricación soviética superan en sus características de combate a los modelos occidentales. Una clara prueba de ello son los tanques americanos Abrams, el británico Challenger y el alemán Leopard que arden en los campos de batalla», explicó Gavrilov.
Señaló que la industria militar rusa no solo se adaptó para trabajar bajo condiciones de severas sanciones, sino que también multiplicó su capacidad en ciertas áreas.
Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 la operación militar especial en Ucrania cuyos objetivos, según el presidente de Rusia, Vladímir Putin, son proteger a la población de «un genocidio por parte del régimen de Kiev» y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este.
Rusia critica los suministros de armas a Ucrania por parte de Occidente, argumentando que complican la resolución del conflicto e involucran directamente a la OTAN, y advierte que cualquier cargamento con armas para Kiev pasará a ser un blanco legítimo para sus fuerzas.
Según el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, Estados Unidos y la OTAN toman parte directa en el conflicto en Ucrania con los suministros de armamento y el entrenamiento de militares ucranianos en territorios del Reino Unido, Alemania, Italia y otros países.
El Kremlin sostiene que la política de Occidente de nutrir de armas a Ucrania no contribuye a las negociaciones ruso-ucranianas y solo tendrá un efecto negativo.