Hupecol pretendía que le devolvieran la licencia ambiental para explotar la serranía de La Macarena, cerca del ‘río de los siete colores’.
El Tribunal Administrativo de Cundinamarca negó este lunes una millonaria demanda presentada por una importante empresa petrolera estadounidense contra el Estado colombiano por supuestamente violar sus derechos.
La firma Hupecol pretendía que le devolvieran la licencia ambiental para desarrollar un proyecto de hidrocarburos en la serranía de La Macarena, cerca de la zona turística y protegida de Caño Cristales, también conocida como el ‘río de los siete colores’. El permiso, que otorgaba derechos de exploración en más de 30.000 hectáreas, fue revocado en el 2016 por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA).
En favor del medioambiente
«La decisión constituye un precedente favorable para el Estado en materia de protección y conservación del medioambiente, en particular en este caso del Área de Manejo Especial La Macarena, así como la ratificación del fin preventivo de las licencias ambientales como mecanismo para la garantía del desarrollo sostenible», afirmó el director general de la ANLA, Rodrigo Negrete.
«Además, se evita el pago de una condena de más de 100.000 millones de pesos (unos 25 millones de dólares) que se reclamaban como perjuicios», agregó.
El pasado 1 de febrero una sentencia negó lo planteado en la demanda porque el juez consideró que la zona a explotar fue declarada de especial importancia ecosistémica y, por lo tanto, podría verse afectada por cualquier actividad extractiva de hidrocarburos.
Presión de los medioambientalistas
«Esta sentencia ratifica que las políticas del Gobierno, en materia de protección ambiental y de desescalamiento gradual del modelo extractivista, son el camino para enfrentar el cambio climático», declaró el director general encargado de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, Jhon Camargo. «Además, evidencia que los intereses económicos no están por encima de los derechos ambientales y de la vida«, concluyó.
La presión de ambientalistas y de la comunidad del Parque Nacional Natural Sierra de La Macarena, quienes alertaron sobre los riesgos asociados a la presencia de 150 pozos repartidos en 15 plataformas, ubicados a unos 68 kilómetros del atractivo turístico, contribuyó a tumbar el proyecto de la compañía estadounidense, recogen medios locales.