La economía de la Unión Europa (UE) solo ha crecido un 4% esta década, frente al 8% de EEUU, y desde finales de 2022 no ha crecido nada. Además, enfrenta importaciones baratas de China y, si Donald Trump gana las elecciones de noviembre, quizá imponga aranceles a las exportaciones europeas, advierte el medio especializado ‘The Economist’.
A esta combinación se suman más factores: que el bloque europeo necesita un fuerte crecimiento para ayudar a financiar un mayor gasto en defensa —especialmente desde que el apoyo estadounidense a Ucrania se ha agotado— y que debe cumplir sus objetivos de energía verde.
De acuerdo con The Economist, los votantes de los países de la UE están cada vez más desilusionados y se inclinan por partidos de extrema derecha como Alternativa para Alemania.
Además, los lastres que desde hace tiempo frenan el crecimiento —el rápido envejecimiento de la población, la excesiva regulación y la inadecuada integración de los mercados— no han desaparecido.
Según el análisis, aunque los choques a los que se enfrenta Bruselas tienen su origen en el exterior, los errores de los propios responsables políticos europeos «podrían agravar mucho los daños».
Según The Economist, el hecho de que China haya aumentado la producción de vehículos eléctricos, cuya cuota de mercado mundial podría duplicarse hasta alcanzar un tercio en 2030, acabaría con el dominio de los campeones nacionales europeos, como Volkswagen y Stellantis.
Además, está la posibilidad de que Trump gane la contienda por la presidencia y vuelva a la Casa Blanca en enero del próximo año.
«La última vez que Trump ocupó el cargo, impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio, incluidas las procedentes de Europa, lo que llevó a la UE a tomar represalias contra las motocicletas y el whisky, hasta que el presidente, Joe Biden, llegó a una tregua en 2021. Hoy, Trump amenaza con imponer un arancel general del 10% a todas las importaciones; sus asesores hablan de ir más allá», recordó The Economist.
De acuerdo con el análisis, Trump está obsesionado con las balanzas comerciales bilaterales, lo que significa que 20 Estados miembros de la UE con superávit en el comercio de bienes son objetivos naturales. Además, dice el medio, el equipo del republicano también se siente agraviado por los gravámenes digitales de Europa, su impuesto fronterizo sobre el carbono y sus impuestos sobre el valor añadido.
En su análisis, el medio británico recomienda a los europeos mantener su economía abierta y no caer en errores como subir las tasas de interés, además de no subvencionar a sectores que beneficien a Estados Unidos y China. Asimismo, les sugiere gastar en infraestructuras, educación e investigación y desarrollo.
«La UE debería reformar su onerosa y fragmentada regulación, que también frena a las industrias de servicios. La unificación de los mercados de capitales, entre ellos Londres, tendría el mismo efecto», asegura.
«Los diplomáticos europeos deberían firmar acuerdos comerciales allí donde aún se ofrezcan, en lugar de dejar que los agricultores los retrasen, como ha ocurrido en varias negociaciones recientes. Conectar las redes eléctricas haría que la economía fuera más resistente a las crisis energéticas y facilitaría la transición ecológica», concluye el medio británico.