Dos siglos después de la creación de la famosa Doctrina Monroe, EEUU quiere aplicar de nuevo el lema ‘América para los americanos’ y alista una serie de medidas proteccionistas para contener el avance de China en el continente.
Uno de los principales afectados sería México, que no tiene un plan de Estado para hacer frente a la embestida ‘yanqui’.
Desde el acero hasta el aguacate; del maíz transgénico a los autos eléctricos; de los productos cárnicos a la generación de energía eléctrica. Cada vez son más las voces en Estados Unidos —tanto de congresistas como de funcionarios de gobierno y representantes del sector privado—que piden medidas proteccionistas contra México, su socio comercial más importante, pero también un país vulnerable a los vaivenes políticos y económicos de su vecino del norte.
Las exportaciones de México al gigante norteamericano representan 37,3% de su Producto Interno Bruto (PIB), un dato que revela la extrema dependencia del país latinoamericano de Estados Unidos, en un momento en que ambos países se encuentran sumidos de lleno en los procesos para renovar sus respectivas presidencias.
A decir del doctor en economía Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN), un think tank de la UNAM dedicado al análisis de temas económicos, la ola de medidas proteccionistas que alista Estados Unidos «va más allá» de la política electoral con miras a los comicios del 5 de noviembre y se aplicarán independientemente de quién llegue a la Casa Blanca el 20 de enero de 2025: Joe Biden y Donald Trump.
«Hay un fuerte nacionalismo hacia el interior de Estados Unidos y eso es lo que vamos a tener en los próximos cinco años», dijo Martínez Cortés en entrevista con Sputnik.
Además, dijo, en 2027 habrá otras elecciones en el Capitolio, y eso solo significa que seguirá fortaleciéndose «el nacionalismo económico estadounidense», ya sea del lado de los demócratas o de los republicanos, que suelen ser más proteccionistas, agrega.
El golpe a los ganaderos
En un reciente informe, el LACEN de la UNAM hizo un recuento de los planteamientos y las iniciativas para aplicar medidas proteccionistas estadounidenses contra México, comenzando con la aprobación por parte del Departamento de Agricultura (USDA), el pasado 11 de marzo, del etiquetado Product of USA, el cual permite que la etiqueta voluntaria se utilice en productos de carne, aves y huevos, solo cuando provienen de animales nacidos, criados, sacrificados y procesados en Estados Unidos.
«Con esta medida se pone en peligro la integración de los sectores ganadero y cárnico de América del Norte y afecta a más de 700.000 ganaderos mexicanos que actualmente exportan a los Estados Unidos ganado en pie y productos cárnicos», señaló el LACEN.
De acuerdo con el laboratorio, en 2023, el valor de las exportaciones mexicanas de ganado bovino en pie y carne de res y sus derivados a Estados Unidos ascendió a 3.000 millones de dólares, incluyendo 1,25 millones de cabezas de ganado y 260.000 toneladas de carne de res y productos derivados.
México es el segundo proveedor de carne de res y productos derivados a EEUU y representa el 20% de las importaciones totales estadounidenses.
Acero y aguacate y maíz, en la mira
En cuanto al acero, el pasado 16 de febrero pasado, la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, advirtió a México que su país podría volver a imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio mexicanos si el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador no toma medidas urgentes para frenar el continuo aumento de esas exportaciones hacia Estados Unidos. Washington afirma que el acero mexicano es un negocio que supuestamente genera ganancias a China.
Sobre el aguacate mexicano, el LACEN recuerda que los senadores demócratas Peter Welch, Benjamin Cardin, Tim Kaine, Martin Heinrich, Chris Van Hollen y Jeff Merkley propusieron negar los permisos de importación, con el argumento de que el fruto es sembrado en terrenos deforestados, con un uso irracional del agua y que ha sido denunciado por comunidades indígenas que, al final, son el blanco de ataques o asesinatos.
De avanzar esta propuesta, el impacto en la industria agrícola en México sería devastador, tomando en cuenta que México exportó 130.000 toneladas en 2023, que representaron 3.000 millones de dólares.
Por otra parte, está el diferendo por el decreto del Gobierno de México de prohibir la importación de maíz transgénico para su uso en la elaboración de la masa y la tortilla y el uso del agroquímico glifosato. El decreto entra en vigor el próximo 31 de marzo y con toda seguridad volverá a levantar ámpula en Estados Unidos, que actualmente exporta alrededor de 17 millones de toneladas del grano al país latinoamericano.
Productores de maíz y congresistas estadounidenses han pedido al Gobierno de Biden impedir a toda costa la entrada en vigor del decreto, que se discute en un panel de solución de controversias en el marco del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
De acuerdo con el LACEN, de prosperar la prohibición del maíz transgénico en México, la economía estadounidense perdería 73.890 millones de dólares en producción económica, y el producto interior bruto (PIB) se contraería en 30.550 millones de dólares.
Los autos chinos y la amenaza de Trump
Estados Unidos también solicitó consultas en el marco del T-MEC por la política energética de México, a la que cuestiona por favorecer a su industria nacional en detrimento de la región de Norteamérica y la libre competencia. Todo indica que la controversia se resolverá en otro panel del tratado comercial.
Y en cuanto a las exportaciones mexicanas de automóviles, LACEN recuerda que Donald Trump amenazó recientemente con imponer un arancel de 100% a los autos de fabricantes chinos que crucen la línea fronteriza de México y Estados Unidos.
El 20 de febrero, la Alianza para la Fabricación Estadounidense advirtió que China es una «amenaza existencial» para la industria automovilística estadounidense, si utiliza la ruta de México para vender vehículos, por lo que solicitó que se impongan aranceles a los automóviles importados de China, incluyendo eléctricos y de gasolina, a través de la Sección 301 impuesta en 2018 en el país norteamericano.
De acuerdo con el think tank de la UNAM, el senador republicano Josh Hawley presentó una iniciativa para imponer aranceles de 125% a los vehículos fabricados en China que intenten ingresar a su país a través de México.
La nueva ‘América para los americanos’
En este sentido, el doctor Martínez Cortes hace hincapié en la iniciativa presentada el pasado 6 de marzo por la congresista republicana María Elvira Salazar, conocida como Ley de las Américas, que busca crear «una asociación comercial permanente entre los países del hemisferio occidental y contrarrestar el creciente control de China sobre la manufactura y la geopolítica».
«Aparentemente, son medidas de corte político-electoral de cara a las elecciones del próximo 5 de noviembre en Estados Unidos, pero esto tiene que ir más allá», dijo el especialista.
«Veremos que, el próximo 20 de enero, en la asunción del presidente 47 de Estados Unidos, se está preparando desde ya para tener el próximo lustro una fuerte política económica, proteccionista, un fuerte nacionalismo comercial de Estados Unidos, ya sea desde Biden, o desde Trump», explicó.
De acuerdo con el académico, el marco jurídico estadounidense está hecho, precisamente, para proteger el mercado interno de Estados Unidos con alusiones a la seguridad nacional con un andamiaje jurídico en el que participan tanto la Casa Blanca como el Capitolio, empresarios, académicos y otras instituciones de esa nación.
México y un plan de Estado
El doctor en economía explicó que México no tiene, hasta ahora, un plan oficial para hacer frente a dicha política de Estados Unidos.
«México desde ya debe estar este construyendo una política de Estado hacia la Casa Blanca, no contra la Casa Blanca, para hacer frente a este tipo de medidas y no nos ocurra lo que nos sucedió en 2018 con la llegada de Donald Trump», afirmó el académico.
Para Martínez Cortés, en esa política de Estado se deben considerar no solo medidas comerciales, sino asuntos como la migración, el tráfico de drogas como el fentanilo, la ciberseguridad, la presencia de China, el cambio climático, la transferencia de agua, la relación entre los 49 municipios mexicanos fronterizos con los 43 condados de Estados Unidos y otros que afectan e influyen en la relación bilateral.
«Desde ya debemos estar pensando en este tipo de medidas, ya que Estados Unidos nos está avisando de lo que va a imponer en los próximos cinco años y qué tan grave será el impacto para la economía mexicana», dijo el académico, quien sugirió que, en el diseño de esta política, se deben involucrar a gobernadores, a integrantes de la Suprema Corte de Justicia, a agentes económicos y otros actores de los tres poderes de la Federación.