El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió anteriormente que la decisión de la UE de detener la compra de suministros energéticos rusos era «absolutamente política» y sería contraproducente para el bloque.
Uno de cada diez metros cúbicos de gas utilizado por la UE en 2023 fue suministrado por Estados Unidos, siendo Lituania el país más dependiente de este combustible, según reveló una investigación de Sputnik basada en datos de la plataforma de la ONU Comtrade y la Agencia Internacional de Energía.
Según los resultados, el consumo de gas de la UE ascendió el año pasado a 330 mil millones de metros cúbicos , un 20% menos que en 2021.
Estados Unidos suministró 34.500 millones de metros cúbicos de gas natural licuado (GNL), o el 10,4% de todo el gas consumido por el bloque en 2023, y Finlandia, que no compró gas estadounidense en 2021, consumió el 38,2% el año pasado.
En cuanto a Lituania, el año pasado consumió una cifra récord del 40% del gas estadounidense, frente al 22,3% en 2021.
La investigación también reveló que una serie de otros países aumentaron el suministro de gas estadounidense en 2023, incluidos Croacia, Países Bajos, Francia, España, Polonia, Italia y Alemania. Croacia, con un 32%, resultó ser el país más dependiente del gas estadounidense, después de Lituania y Finlandia . Los únicos países que redujeron las entregas de gas estadounidense el año pasado fueron Grecia, Malta y Portugal.
La investigación se produce después de que una revisión anterior de Sputnik de los datos de Eurostat mostrara que los países de la UE tuvieron que pagar unos 185.000 millones de euros (201.000 millones de dólares) adicionales por el gas natural durante los últimos 20 meses después de aislarse del barato gas ruso.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, advirtió anteriormente que la decisión «suicida» y políticamente motivada de la UE de detener la compra de suministros energéticos rusos como parte de las sanciones occidentales volvería en contra del bloque.
«El rechazo de los recursos energéticos rusos significa que Europa se convertirá sistemáticamente en la región con los costos energéticos más altos del mundo… Esto socavará gravemente -y según algunos expertos de manera irrevocable- la competitividad de una parte importante de la industria europea, que ya está perder la competencia frente a empresas de otras regiones del mundo», subrayó Putin.