Las divisiones políticas en Estados Unidos se han vuelto prácticamente irreversibles y su origen es atribuido a dos guerras perdidas en las últimas décadas: Vietnam (1955-1975) e Irak (2003-2011), advierte Harlan Kenneth Ullman, exoficial naval del país norteamericano y asesor principal del Atlantic Council.
Actualmente, existe un «hiperpartidismo» en Estados Unidos que divide fuertemente a los ciudadanos y afecta la gobernanza y el gobierno del país, asegura el experto en un artículo publicado en el medio The Hill.
«Los extremos de izquierda y derecha han infectado la política y han enfrentado a los ciudadanos en prácticamente todas las cuestiones. La ira y el resentimiento conforman ahora lo que pasa por diálogo político», sostiene Ullman.
«¿Cómo llegó Estados Unidos a una situación en la que más del 70% de los electores no quiere que ninguno de los dos posibles candidatos presidenciales aparezca en la boleta?», cuestiona.
El analista y presidente del Grupo Killowen considera que Estados Unidos llegó a esa situación gracias a dos guerras que «quebraron» a Estados Unidos y se trata de la de Vietnam, en 1964, y la segunda guerra de Irak, lanzada en marzo de 2003.
En cuanto al primer conflicto, el experto menciona que la caída de Saigón en abril de 1975 marcó «la ignominiosa derrota del Ejército más poderoso y tecnológicamente avanzado del mundo», mientras que los asesinatos de Robert Kennedy y Martin Luther King, el Watergate, la debilidad de la presidencia de Carter y la violencia por cuestiones raciales contribuyeron al declive de la legitimidad y credibilidad del gobierno en esa época.
Por su parte, la segunda guerra en Irak, dice, en la que Estados Unidos mintió en torno a la supuesta presencia de armas de destrucción masiva, «constituyó el detonante de los ingredientes políticos nucleares que acabarían explotando para poner en peligro el futuro de la nación».
La consecuencia de esas dos guerras y la forma en que impactaron a la sociedad estadounidense es que actualmente hay importantes y quizá irreversibles divisiones en el país, afirmó.
«El resultado es que hoy, impulsadas por dos guerras perdidas, las divisiones políticas en Estados Unidos se han vuelto prácticamente irreversibles. La incapacidad del Congreso para aprobar leyes sensatas e incluso un presupuesto es desmesurada. Un candidato presidencial ha sido acusado de 91 cargos y al otro se le considera demasiado viejo y débil para gobernar», concluye.
Asimismo, recuerda que «la ira por la creciente desigualdad entre ricos y pobres, la incapacidad de gobernar, el ascenso del populismo y el surgimiento del extremismo en ambos extremos del espectro político ayudaron a Donald Trump a derrotar a Hillary Clinton en 2016», en momentos en que el republicano y el actual mandatario demócrata se preparan para otra contienda electoral.