El joven falleció el pasado 7 de marzo, tras recibir un impacto de bala en la cabeza por parte de una agente de la policía.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se ha manifestado de nuevo este lunes sobre la muerte de un normalista de Ayotzinapa, que recibió disparos de armas de fuego por parte de agentes de la policía en Chilpancingo, estado de Guerrero, el pasado 7 de marzo.
El mandatario reiteró su pesar por lo sucedido y envió sus condolencias a los familiares y allegados del estudiante, identificado como Rothan Gómez Peralta. Además, dejó claro que hubo un abuso de autoridad por parte de los agentes.
«Hubo un abuso de autoridad, todavía no quiero adelantar, pero no disparó el joven, todos los peritajes ya se hicieron y ya está en manos de la Fiscalía, no vamos a aceptar ninguna injerencia de querer proteger a los culpables», afirmó durante su habitual conferencia matutina.
Del mismo modo, destacó que la muerte del joven no tiene relación con en el portazo en Palacio Nacional la semana pasada, donde la víctima participó: «Son cosas completamente distintas. Esto se dio por un abuso de autoridad, ya se va a explicar en qué condiciones y, en el caso de Ayotzinapa, estamos investigando, seguimos con la investigación y vamos a continuar con eso», afirmó.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Guerrero, informó el sábado que «los elementos estatales involucrados se presentaron de manera voluntaria a rendir su declaración ministerial ante las instancias correspondientes».
En un primer momento, la SSP reportó que los efectivos policiales habían atendido un aviso de robo de un vehículo y que, al llegar al lugar de la alerta, los dos ocupantes del coche les recibieron con disparos. Ante esa supuesta agresión, los efectivos alegaron que habían usado el armamento, lo que derivó en la muerte de Gómez Peralta.
Lilia Vianey Gómez, madre del estudiante, sostuvo en entrevista con Azuzena Uresti que, según la autopsia, su hijo no estaba intoxicado con alcohol o drogas y que murió por un tiro en la cabeza a quemarropa, «a sangre fría».
Versiones de testigos apuntan a una versión distinta a la oficial: aparentemente, en la camioneta iban tres estudiantes y uno de ellos quiso detenerse a comprar tabaco. Cuando el vehículo estuvo estacionado, llegaron los agentes de policía a bordo de una moto y, sin que mediaran intercambios de disparos o provocaciones, accionaron su arma contra el conductor del coche.
Los estudiantes de Ayotzinapa están involucrados estos días en protestas lideradas por los familiares de los 43 normalistas, desaparecidos en 2014, que exigen que se resuelva el crimen de sus familiares, 10 años después de la tragedia.