Las empresas locales no pueden reparar los tubos de los proyectiles porque lo prohíbe la legislación sobre las exportaciones de EEUU, explicó la revista ‘Foreign Policy’.
«En virtud de la legislación sobre las exportaciones de EEUU, las empresas ucranianas no tienen autorización para reparar los tubos de los obuses estadounidenses M777», escribió la publicación.
El artículo sugiere que las compañías podrían intentar hacer copias de los obuses, pero entonces se arriesgan a convertirse en infractores de los derechos de propiedad intelectual.
Los técnicos expertos en dichos proyectiles tampoco pueden trasladarse a la zona de combates para ayudar a reparar los equipos, añade la publicación, porque la Casa Blanca restringe los desplazamientos de personal diplomático estadounidense.
Rusia continúa la operación militar especial en Ucrania lanzada el 24 de febrero de 2022 y cuyos objetivos, según explicó el presidente Vladímir Putin, son proteger a la población de «un genocidio por parte del régimen de Kiev» y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este.
Moscú advirtió en reiteradas ocasiones que la OTAN está «jugando con fuego» al suministrar armas a Ucrania, y que los convoyes extranjeros con armas serían «objetivo legítimo» para su ejército nada más cruzar la frontera.
Estados Unidos y la OTAN, según el canciller ruso, Serguéi Lavrov, participan directamente en el conflicto en Ucrania, no solo mediante el suministro de armas, sino también mediante la capacitación de personal en territorio del Reino Unido, Alemania, Italia y otros países.