La declaración tiene lugar en un contexto de aumento de tensiones entre Filipinas y el gigante asiático en el mar de la China Meridional.
Las autoridades filipinas aseguraron que no permitirán a Pekín remover su puesto militar en un atolón ubicado en una zona disputada del mar de la China Meridional. Tales declaraciones tuvieron lugar tras una confrontación entre barcos de los dos países que se saldó con cuatro heridos por parte de la tripulación filipina.
El incidente condujo a la convocatoria de un diplomático de la Embajada china en Manila, al que se le expresó una «enérgica protesta» en relación con el enfrentamiento que se produjo cerca del atolón Second Thomas Shoal, conocido localmente como banco de arena Ayungin.
«Un pequeño contingente de la Marina filipina ha montado guardia en un abandonado buque de guerra que ha fungido como puesto militar en el banco de arena desde la década de 1990«, recoge AP.
En este contexto, el comandante de la Marina filipina, comodoro Roy Trinidad,agregó que las fuerzas del país tampoco permitirán la construcción de ninguna estructura en otra área disputada del mar de la China Meridional, el atolón Scarborough. China rodeó ese atolón en el noroeste de Filipinas con numerosos buques en 2012 tras un «tenso impasse entre barcos chinos y filipinos», recordó la agencia.
«Estas son líneas rojas para Filipinas, para sus Fuerzas Armadas«, advirtió Trinidad, al ser preguntado sobre qué acciones chinas serían inaceptables para Manila en las aguas disputadas. El comandante señaló que fueron establecidas por el Gobierno de Rodrigo Duterte, predecesor del actual presidente, Ferdinand Marcos Jr.
La confrontación
El último incidente entre ambos países comenzó cuando la guardia costera china bloqueó dos barcos de la guardia costera filipina que escoltaban dos lanchas que llevaban suministros al BRP Sierra Madre, un buque de guerra que fue deliberadamente encallado por el Ejército filipino para servir como puesto de «avanzada territorial».
La parte china, que también reclama el área, rodeó el atolón Second Thomas Shoal para evitar que las fuerzas filipinas entreguen materiales de construcción para reforzar la Sierra Madre que sigue siendo un barco de la Marina en servicio activo, hecho que Manila consideraría como un acto de guerra.
Cabe mencionar que el suceso tuvo lugar en un contexto de aumento de tensiones entre Filipinas y el gigante asiático, durante las cuales Pekín y Manila han intercambiado acusaciones en los últimos meses por enfrentamientos entre barcos pesqueros, guardacostas y otras embarcaciones en el mar de la China Meridional, un corredor comercial estratégico en el que ambos países tienen reivindicaciones coincidentes.