En medio de las protestas de los agricultores europeos, Kiev ha reconocido la necesidad de restringir el comercio agrícola con la UE.
Ucrania está dispuesta a aceptar restricciones en su comercio con la Unión Europea para desactivar una disputa política con Polonia, pero también pide al bloque que prohíba las importaciones de grano ruso, declaró al diario Financial Times el viceministro ucraniano de Economía, Taras Kachka.
«Tal vez durante un periodo transitorio este tipo de enfoque gestionado de los flujos comerciales entre Ucrania y la UE sea algo que todos necesitamos. En el caso del trigo, no es Ucrania la que causa problemas a los agricultores polacos, sino Rusia», afirmó Kachka.
Según Kachka, Kiev apoya las medidas propuestas por Bruselas para imponer topes a las importaciones de huevos, aves de corral y azúcar a partir de junio y permitir que los distintos países cierren sus mercados al grano ucraniano, salvo para el tránsito hacia otros países.
Además, el viceministro admitió que Kiev había acordado recientemente desviar las exportaciones de maíz a Italia y España por el mar Negro, en lugar de transportarlo por carretera a través de los países vecinos, para reducir las tensiones.
Tras la eliminación de los aranceles a las importaciones ucranianas, Polonia y otros países vecinos se enfrentaron pronto a un exceso de oferta. Ante esa situación, los agricultores salieron a la calle y llevaron a cabo un bloqueo fronterizo para protestar contra la competencia desleal. Las protestas hicieron que el primer ministro polaco, Donald Tusk, pidiera exenciones a Bruselas y siguiera respetando las restricciones.