La reacción de los políticos alemanes ante la filtración de las negociaciones de altos mandos de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas) es muy reveladora, declaró el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov. Desde Moscú destacan que la conversación filtrada demuestra la implicación directa de Occidente en el conflicto ucraniano.
«Es interesante la reacción de los políticos alemanes (…) Dice mucho», comentó Lavrov.
Asimismo especificó que varios políticos están preocupados «por la fuga en las redes que garantizan la seguridad de las negociaciones», mientras no muestran señales de sorpresa por la presunta preparación de armas alemanas y los especialistas alemanes que atienden a estas armas para «el ataque contra Rusia, incluido el puente de Crimea, almacenes con municiones, y cómo lo debaten entre sí» los altos mandos de las Fuerzas Armadas.
El 1 de marzo, la redactora jefa del grupo mediático Rossiya Segodnya, Margarita Simonián, publicó la transcripción de una conversación de cuatro altos mandos de la Bundeswehr que estaban discutiendo la posibilidad de un ataque con misiles Taurus al puente de Crimea.
Al discutir estos planes, analizaron en detalle la posibilidad de suministrar misiles Taurus a Kiev, y señalaron que, de optar por enviarlos ahora, solo estarían operativos en un plazo de ocho meses.
Además, contemplaron proporcionar a Kiev coordenadas de objetivos rusos con una precisión de tres metros como parte de la planificación. En este contexto, también se evaluó solicitar asistencia al Reino Unido para coordinar ataques con misiles contra objetivos en Rusia.
Moscú solicitó a Berlín aclaraciones sobre la conversación filtrada, que, de acuerdo con el Gobierno ruso, contradice las afirmaciones previas de Alemania sobre su no implicación en el conflicto ucraniano. Desde el Kremlin declararon que eso demuestra la implicación directa de Occidente en el conflicto ucraniano.
Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, aseguró una investigación «minuciosa, profunda y rápida» sobre la divulgación de dicha información, mientras que el ministro de Defensa, Boris Pistorius, ya describió el incidente como «parte de la guerra informativa» de Rusia.
Este 4 de marzo, el embajador alemán, Alexander Lambsdorff, fue citado al Ministerio de Exteriores de Rusia para que dé explicaciones por los planes de su país para atacar el territorio ruso.