El mandatario aseguró que en la región se han impuesto agendas externas que han abonado a la exacerbación de las diferencias.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró este viernes que en contraste con lo que sucedió hace década y media, cuando los países latinoamericanos y caribeños pudieron construir «consensos comunes» más allá de sus diferencias, en los últimos años la región se ha balcanizado, y se han impuesto las diferencias motivadas por conflictos extrarregionales.
«En los últimos años, sin embargo, volvimos a ser una región balcanizada y dividida que veía más hacia afuera que para adentro. Entre muchos de nosotros, la intolerancia cobró fuerza y ha impedido que diferentes puntos de vista se puedan sentar en la misma mesa. Estamos dejando de cultivar esta vocación de cooperación y permitiendo que los conflictos y disputas, muchas de ellas lejanas a la región, se impongan», sostuvo Lula en su intervención durante la VIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Celac, que se celebra en San Vicente y las Granadinas.
Del mismo modo, el mandatario recalcó que «es de interés» para toda la región latinoamericana y caribeña exigir «el fin del bloqueo a Cuba» y «defender» la soberanía de Argentina sobre las islas Malvinas, así como criticar la imposición de sanciones y otras coerciones al margen del derecho internacional, al considerar que «son contraproducentes y penalizan a los más vulnerables».
Unión para tener incidencia
Da Silva también destacó el papel de América Latina y el Caribe, en tanto ejemplo de paz en un mundo atravesado por los conflictos armados y donde «los gastos militares superan los dos y tres trillones de dólares».
«Recuperar el espíritu de solidaridad, diálogo y cooperación es necesario en un mundo donde los conflictos cobran la vida de miles de inocentes, sobre todo mujeres y niños, nuestra región tiene que seguir siendo un ejemplo de construcción de la paz», sostuvo.
No obstante, a su parecer, esa incidencia sobre la política internacional global está condicionada aa la capacidad de los países para unirse en pos de metas comunes.
«No podemos dejar de reflexionar sobre nuestro lugar en la arena internacional, en el contexto de difusión del poder global y de esfuerzo constante de la multipolaridad, el tema que se coloca es si los países de América Latina y el Caribe quieren integrarse a un mundo unidos o separados», advirtió.