La UE debe asumir responsabilidades, fortalecer su defensa y prepararse para cualquier eventualidad, augura el jefe de la diplomacia europea.
La Unión Europea necesita consolidar y acelerar su apoyo a Ucrania, ya que el resultado del conflicto con Rusia podría decidirse en los próximos meses, aseveró el alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad del bloque comunitario, Josep Borrell.
En una entrevista concedida al diario El País, el jefe de la diplomacia europea resumió su visión de los dos años de la operación militar rusa en Ucrania: «No ha ganado la guerra, pero todavía no la ha perdido«.
Destacando el «salto cualitativo» que ha dado Bruselas en su ayuda a Kiev, desde prometer cascos al principio hasta planear las entregas de cazas F-16, insistió en que se dé «más ayuda y más deprisa» para que Ucrania siga resistiendo.
«Tenemos que hacer más, y rápido: en los próximos meses se puede decidir la guerra. Resistir es vencer», aseguró.
Caso contrario, auguró, Moscú llegaría «a las puertas de Europa» y controlaría «el 36 % del mercado mundial de cereales«.
Borrell también criticó las recientes declaraciones del precandidato presidencial Donald Trump de que Washington no protegerá de un ataque a los países de la OTAN que no cumplan con sus obligaciones financieras, calificando de «barbaridad» esta postura del expresidente.
De igual manera, condenó a los republicanos del Congreso de EE.UU. por frenar un nuevo paquete de asistencia a Ucrania, condicionando su aprobación con la presión que ejercen sobre los demócratas para cambiar la política migratoria y lidiar con la crisis en la frontera sur estadounidense.
«Trump aún no ha ganado, al igual que Putin aún no ha ganado, pero Europa necesita despertar», dijo instando a los miembros del bloque a asumir responsabilidades, aumentar sus capacidades de defensa y prepararse para cualquier eventualidad.
El conflicto en la Franja de Gaza
Por otro lado, Borrell evaluó la situación en otro punto tensión geopolítica, el conflicto en la Franja de Gaza, acusando a Israel de utilizar una fuerza «desproporcionada» en el enclave palestino y de usar «el hambre como arma de guerra«, algo que es «contrario al derecho internacional». Al mismo tiempo, lamentó la falta de unanimidad en la UE para poder presionar a Israel sobre un alto el fuego.
En esta línea, cuestionó la postura «absolutamente proisraelí» de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la misión organizada en los primeros días del conflicto en Gaza, señalando que tuvo un «alto costo geopolítico para Europa» por no representar «a nadie más que a ella misma en una cuestión de política internacional».