Los planificadores militares estadounidenses están utilizando la guerra de Ucrania como «una oportunidad de investigación activa y abundante» para prepararse para un conflicto con adversarios más sofisticados como Rusia o China, dice The Washington Post, citando a funcionarios.
El periódico citó un estudio clasificado de un año de duración sobre las lecciones aprendidas de ambos lados de la sangrienta campaña, diciendo que ayudará a informar la próxima Estrategia de Defensa Nacional, un documento amplio que alinea las innumerables prioridades del Pentágono.
El estudio fue dirigido por 20 oficiales que examinaron cinco áreas: maniobra terrestre, poder aéreo, guerra de información, mantenimiento y crecimiento de fuerzas y capacidad de fuego de largo alcance, dijo el Post.
«Los sumergimos en este conflicto para asegurarnos de que entendieran las implicaciones para la guerra», dijo al periódico un alto oficial militar anónimo.
Otro funcionario dijo que las lecciones aprendidas de Ucrania podrían ser “un recurso duradero”.
«Ucrania ha demostrado que todo lo que hacen las tropas estadounidenses en el campo -desde planificar misiones y patrullar hasta la tecnología que permite prácticamente todas las tareas militares- necesita ser repensado», dijeron los funcionarios citados por el periódico.
Washington y sus socios de la OTAN han visto a Ucrania como una guerra por poderes para debilitar a Rusia. Si bien la administración Biden ha promocionado esta política como “para Ucrania”, ha perjudicado gravemente al país.
En los primeros meses de la guerra, Kiev estuvo a punto de llegar a un acuerdo con Moscú para poner fin al conflicto y las fuerzas rusas se retirarían a las líneas previas a la invasión. Sin embargo, Washington y Londres presionaron a los dirigentes ucranianos para que abandonaran la vía diplomática.
Desde entonces, Rusia se ha anexionado cuatro provincias ucranianas y está avanzando en zonas clave a lo largo del frente. Ucrania está luchando por armar sus fuerzas y ha sufrido 500.000 bajas. Recientemente, la guerra se ha intensificado hasta llegar a ataques a ciudades, mientras que Ucrania ha sufrido importantes daños en su infraestructura.
La semana pasada, Rusia logró su primer gran éxito territorial en más de nueve meses en la guerra de Ucrania, al capturar la ciudad oriental de Avdiivka.
Un soldado que escapó de la ciudad dijo a Associated Press que los ucranianos eran superados en número cinco a uno.
Un ucraniano habló a la agencia de noticias sobre la política de reclutamiento cada vez más agresiva de Kiev. “Da la sensación de que todo el mundo quiere meterte en una picadora de carne”, se lamenta.
El viernes, las fuerzas armadas de Ucrania dijeron que Rusia había intensificado los ataques en la región oriental de Donetsk, centrándose en la ciudad de Maryinka después de capturar Avdiivka.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, describió esta semana la situación en el frente como «extremadamente difícil» debido al retraso en los suministros occidentales de ayuda militar.
Mientras tanto, más de 6 millones de ucranianos que se refugiaron en Europa, Estados Unidos y Canadá después de que estalló la guerra el 24 de febrero de 2022 temen si algún día se les permitirá establecerse en el largo plazo.
Sin un fin de la guerra a la vista, los gobiernos que les ofrecieron ayuda a corto plazo ahora enfrentan una factura mucho mayor de lo que esperaban y están tratando de controlar el gasto.
Pero los fabricantes de armas occidentales están obteniendo beneficios exorbitantes de la prolongación de la guerra.
Las ventas de armas estadounidenses en el extranjero aumentaron marcadamente el año pasado, alcanzando un total récord de 238 mil millones de dólares. El gobierno estadounidense negoció directamente 81.000 millones de dólares en ventas, un aumento del 56% con respecto a 2022, informó el Departamento de Estado.
El resto fueron ventas directas de empresas militares estadounidenses a países extranjeros. Polonia, vecina de Ucrania, actualmente en un intento por expandir su ejército, realizó algunas de las mayores compras por un monto de 30 mil millones de dólares a Estados Unidos.
El miércoles, el fabricante de armas británico BAE Systems informó un beneficio récord de 25.300 millones de libras esterlinas en 2023 en medio de las guerras de Ucrania y Gaza.