Belgrado está bajo una presión sin precedentes por sus relaciones con Moscú, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al comentar las declaraciones del presidente serbio, Aleksandar Vucic, de que la muerte del opositor ruso Alexéi Navalni podría complicar las relaciones entre Serbia y Rusia, pues espera una mayor presión sobre su país.
«Lo único que sabemos con certeza es que Belgrado está constantemente bajo una presión muy fuerte, y eso no tiene relación con la muerte de nadie», comunicó Peskov.
Navalni, condenado por malversación, fraude y fundación de una organización terrorista, entre otras cosas, falleció el 16 de febrero en un centro penitenciario situado en el noroeste de Rusia.
Según las autoridades penitenciarias, el recluso comenzó a sentirse mal tras un paseo y se desmayó. Los médicos de la prisión acudieron de inmediato a prestarle asistencia, pero el individuo no reaccionó.
De acuerdo con las primeras informaciones de una fuente de la televisión local, el reo falleció por un trombo. Actualmente, se realizan los procedimientos establecidos para esclarecer las causas de su muerte.
Algunos políticos europeos y estadounidenses se apresuraron a responsabilizar a las autoridades de Rusia por el fallecimiento de Navalni sin esperar el informe forense y los resultados de la investigación en curso.
El Kremlin considera inaceptables ese tipo de pronunciamientos antes de la publicación de la información real a ese respecto.