«No necesitamos 1.000 [misiles]. Necesitamos 20. ¿Habrá sanciones? Las soportaremos. No hay otra salida», aseguró el diputado Alexéi Goncharenko.
El régimen de Kiev debería obtener armas nucleares si no consigue ingresar en la OTAN, declaró el pasado sábado el diputado de la Rada Suprema (Parlamento de Ucrania), Alexéi Goncharenko, durante una rueda de prensa celebrada en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich.
Recordando que Kiev renunció a su armamento nuclear en el marco del Memorándum de Budapest en 1994, Goncharenko pidió al secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, que expresara su opinión sobre la posibilidad de su regreso si Ucrania no es admitida en la OTAN. «Nos enfrentamos a una potencia nuclear. O nos convertimos en miembro de la OTAN, alianza con poderío nuclear, o debemos restablecer nuestro estatus nuclear. No veo ninguna otra opción», dijo el diputado.
A su vez, Blinken reiteró que «existe un apoyo duradero a Ucrania» por parte de un gran número de países «por diversas razones, empezando por la agresión que han sufrido los ucranianos, pero también porque esta agresión ha afectado a los principios fundamentales del sistema internacional que cada uno de nosotros tiene interés en preservar».
Añadió que «la verdadera lección que hay que extraer» del conflicto, incluyendo «el hecho de que Rusia rompió y luego escupió sobre el Memorando de Budapest, entre muchos otros acuerdos», es que el inicio de la operación militar rusa «ha sido un absoluto fiasco estratégico para Vladímir Putin y para Rusia».
Sin embargo, Goncharenko señaló más tarde que no hubo una respuesta directa a su pregunta y volvió a apoyar la medida. «Lo diré de nuevo directa y abiertamente: Apoyo el regreso de las armas nucleares a Ucrania. Creo que es nuestra única opción para sobrevivir. Si la OTAN no quiere aceptarnos en la Alianza. Eso significa que necesitamos fabricar misiles. No necesitamos 1.000. Necesitamos 20. ¿Habrá sanciones? Las soportaremos. No hay otra salida», escribió en su cuenta de Telegram.
El Memorándum de Budapest
En 1994, el expresidente de EE.UU., Bill Clinton, junto con sus entonces homólogos ruso y ucraniano, Borís Yeltsin y Leonid Kravchuk, respectivamente, firmaron el llamado ‘Memorando de Budapest’, que comprometió a Kiev a renunciar al arsenal nuclear que quedó en territorio ucraniano tras el colapso de la Unión Soviética.
En el marco del memorándum, firmado por Ucrania, Rusia, EE.UU. y el Reino Unido el 5 de diciembre de 1994, Kiev se comprometió a deshacerse de sus arsenales nucleares a cambio de que los demás participantes del acuerdo le garantizaran la seguridad. Asimismo, Moscú, Washington y Londres prometieron respetar la soberanía de Ucrania y abstenerse del uso de la fuerza en su contra.
Días antes del inicio del operativo ruso, en febrero del 2022, Zelenski aseveró que su país podía reconsiderar su renuncia a la posesión de armas nucleares. Durante su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich, el mandatario aseguró que había encomendado al Ministerio de Exteriores convocar una reunión de los países firmantes del Memorando de Budapest, y que si la cumbre no llegaba a celebrarse o culminaba sin que se otorgaran «garantías de seguridad» para Ucrania, Kiev «tendría todo el derecho» de considerar que el acuerdo «no funciona y que todas las decisiones del paquete de 1994 quedan en entredicho».
Amenaza estratégica para Rusia
El presidente ruso, Vladímir Putin, ya ha declarado en repetidas ocasiones que la aparición de armas de este tipo en Ucrania supone una «amenaza estratégica» para Rusia. «¿Cuál es la amenaza para nosotros? Es que incluso la aparición de armas nucleares tácticas en Ucrania significa una amenaza estratégica para nosotros. Debemos tenerlo en cuenta, porque de 110 [kilómetros] se puede subir el alcance a 300, a 500. Y Moscú estará en la zona de destrucción», dijo luego de las declaraciones de Zelenski, unos días antes del inicio de la operación militar.
Según aseguró en aquel entonces, Kiev todavía dispone de tecnología nuclear soviética y de medios de lanzamiento de tales armas, por lo que «será mucho más fácil para Ucrania obtener armas nucleares tácticas que para otros Estados […], especialmente en caso de apoyo tecnológico desde el extranjero».
«Con la aparición de armas de destrucción masiva en Ucrania, la situación en el mundo, en Europa, especialmente para nosotros, para Rusia, cambiará drásticamente. No podemos no reaccionar ante este peligro real, tanto más, repito, cuando los patrocinadores occidentales pueden facilitar la aparición de tales armas en Ucrania para crear una amenaza más para nuestro país», subrayó Putin.