El canciller ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que los planes de Occidente para aislar a Moscú fracasaron, pero admitió que la presión continúa, incluso utilizando el conflicto en Ucrania. Añadió que los iniciadores de tales medidas reconocen su derrota, pero siguen utilizando las herramientas de la guerra híbrida contra el gigante euroasiático.
Error contumaz
De acuerdo a Lavrov, los países occidentales «todavía están lejos de agotar el potencial de agresividad y seguirán aumentando la presión sobre nosotros y nuestros aliados, utilizando para ello no solo el régimen de Kiev, sino un amplio arsenal de herramientas de guerra híbrida en la economía, las finanzas, el espacio informativo, la cultura, el deporte, todo esto lo observamos a diario».
Lavrov subrayó que EEUU y los países de su órbita siguen «soñando» con infligir una derrota estratégica a Rusia. «Pero últimamente, ante los éxitos del Ejército de Rusia en el teatro de operaciones ucraniano, en Occidente hablan más ya no de su victoria, sino de evitar que venza [el presidente de Rusia, Vladímir] Putin», apuntó.
«Los planes de la minoría occidental de aislar a Rusia y de crear ‘un cordón sanitario’ alrededor de nuestro país fracasaron», sentenció el canciller.
Juan Arellanes Arellanes, profesor de Geopolítica y Coordinador del Centro Interdisciplinario Anáhuac de Energía y Sostenibilidad en la Universidad Anáhuac México, dijo al referirse al concepto de ‘cordón sanitario’, que es una expresión que también utilizó del lado contrario [Occidente] un geoestratega británico Halford Mackinder, en un libro clásico de hace más de un siglo ‘Democratic ideals and reality’.
«En ese libro Mackinder hablaba de la necesidad, al final de la Primera Guerra Mundial, de establecer un ‘cordón sanitario’ en el Intermarium, en esta franja territorial que va del mar Báltico al mar Negro, justamente para evitar cualquier tipo de vínculo entre Alemania y Rusia. Podemos interpretar que, un siglo después, de alguna manera el mundo anglosajón sigue poniendo como una prioridad geoestratégica, evitar a toda costa un acercamiento entre Rusia y Alemania, y en general, entre Rusia y Europa Occidental, dado que ese tipo de vínculo podría llevar a una pérdida importante de influencia, primero británica, y actualmente estadounidense en Europa. Entonces, el concepto de ‘cordón sanitario’ que utilizó Mackinder hace más de un siglo para referirse a esta región del Intermarium, es bastante llamativo que ahora lo retome Lavrov. La percepción, a final de cuenta, sigue siendo la misma», concluye el analista.