Pekín reaccionó con enfado a las noticias de que la Unión Europea (UE) planea castigar a tres empresas chinas como parte del 13.º paquete de sanciones del bloque contra Rusia.
En este contexto, el economista Richard Wolff destaca a Sputnik que la UE se encuentra «en una crisis terminal».
La medida de la UE se produce tras las denuncias de que empresas indias y chinas supuestamente han ayudado a Rusia a «eludir»
las sanciones al suministrarle componentes electrónicos utilizados en la fabricación de drones y otros equipos militares. Pekín tachó de «ilegales» las restricciones de la UE y criticó la «jurisdicción de largo alcance» contra sus empresas.
China se benefició en los últimos meses de las sanciones occidentales contra la energía rusa, que han dificultado la competitividad europea, obligando a las empresas alemanas y de otros países de la UE a subir los precios al depender del gas natural licuado estadounidense, que es mucho más caro. En este sentido, los intentos de la UE de castigar a las empresas chinas pueden verse como un intento de frenar la competencia en un momento en que Europa se enfrenta cada vez más a la crisis económica y la desindustrialización. El economista Richard Wolff subrayó al respecto a Sputnik que Europa ahora está en «una crisis terminal».
«Europa, que ha sido una especie de actor dominante en todo el mundo durante un par de miles de años, se encuentra en (…) una crisis tan profunda que puede ser algo a lo que miremos atrás y llamemos la crisis terminal, la última, porque literalmente no puede sobrevivir», señaló Wolff.
«Por un lado, está siendo superada por EEUU, que de todas formas la ha dominado durante los últimos 75 años (…) Pero ahora el nuevo actor en la economía mundial, China y sus aliados, conocidos generalmente como los BRICS, están compitiendo con y desafiando a Europa desde el otro lado del planeta, si se quiere, significa que Europa está atrapada entre ellos», apuntó.
Wolff destacó que las diferencias culturales, históricas y lingüísticas entre los países de la UE han socavado los intentos de unificación del continente en las últimas décadas. En sus palabras, ahora Europa es un «socio menor» atrapado entre el bloque económico del G7 liderado por EEUU y los países BRICS liderados por China.
Si bien Europa se beneficiaba antes de su relación con Rusia en forma de gas natural barato, ahora Moscú se ha vuelto hacia Pekín y las demás naciones del bloque BRICS. Si la solidificación de nuevas alianzas ha perjudicado económicamente a Europa, ha beneficiado a Rusia, que ha podido vender su petróleo y gas a la India y China, destacó el economista.
«El rublo ruso está en buena forma. La economía rusa está creciendo más rápido que el año pasado, [más rápido] que la de EEUU, y no se está desmoronando en absoluto», insistió el economista a tiempo de señalar que mientras tanto, «nadie compra productos europeos o alemanes», lo que contribuye a «una Europa realmente herida críticamente».
La primera subdirectora gerente del FMI, Gita Gopinath, admitió que las sanciones occidentales no habían logrado impedir que Rusia vendiera energía en el mercado mundial, señalando que el país ha podido «exportar grandes cantidades de petróleo a pesar de la limitación de precios, habiendo ganado una gran cantidad en términos de ingresos de exportación».