MOSCÚ — La negativa de Canadá a extraditar al excombatiente de la SS Yaroslav Hunka a Rusia es una vergüenza para el Gobierno del país, declaró el secretario general del Estado de la Unión de Rusia y Bielorrusia, Dmitri Mézentsev.
«Es una enorme vergüenza a la que se están exponiendo estas personas, que se consideran políticos civilizados (…) que están tratando de dictarnos su voluntad, e incluso enseñarnos normas morales», señaló Dmitri Mézentsev.
Agregó que después de la decisión de Ottawa, será difícil examinar este tema con Canadá, si no imposible.
En diciembre de 2023, Moscú solicitó a Canadá la extradición de Hunka, a quien el Comité de Investigación de Rusia acusa de genocidio de civiles soviéticos durante la Gran Guerra Patria (1941-1945). El 13 de febrero, las autoridades canadienses se negaron a extraditar a Rusia a Hunka, alegando la falta de un tratado de extradición entre los dos países.
El pasado 22 de septiembre, Yaroslav Hunka, de 98 años, figuraba entre los invitados a la sesión del Parlamento de Canadá en honor a la visita del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
El presidente de la Cámara de los Comunes, Anthony Rota, lo presentó, entre los aplausos del público, como «un luchador por la independencia de Ucrania contra los rusos durante la Segunda Guerra Mundial».
En realidad, Hunka resultó ser un antiguo miembro de la división de voluntarios Galizien de las SS, que estaba formada por ultranacionalistas ucranianos y no solo luchó contra el Ejército Rojo, sino que también cometió atrocidades contra los judíos, polacos, bielorrusos y eslovacos.
El 26 de septiembre, Rota anunció su dimisión y afirmó que fue él quien invitó al colaborador nazi al Parlamento, ya que entonces carecía de «información adicional» sobre Hunka. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, calificó la situación de «extremadamente perturbadora», además de «vergonzosa», para Canadá y la Cámara de los Comunes.