La decisión de EEUU de reanudar las sanciones contra Venezuela, que fueron levantadas en octubre, no tiene nada que ver con la decisión de la justicia venezolana de impedir las candidaturas de dos opositores, pues los candidatos ya habían sido condenados, explica a Sputnik el presidente de la Cámara de Comercio Brasil-Venezuela, Darc Costa.
Subraya que las sanciones de EEUU contra el país no se dirigen solo al sector energético, sino a todo el comercio con Venezuela.
«La prohibición es de hacer negocios con Venezuela. El Gobierno estadounidense prohíbe a las empresas estadounidenses hacer negocios con Venezuela, hasta el punto de que las primeras sancionadas son las empresas que se dedican a la extracción de oro», explica.
Agrega que Estados Unidos pretende bloquear el comercio de Venezuela y utiliza como argumento los Acuerdos de Barbados. Sin embargo, señala que los opositores impedidos de presentarse a las elecciones de 2024 ya habían sido condenados por el Tribunal Supremo de Justicia antes del acuerdo, por haber participado en actos de protesta y conspiración contra el Gobierno, razón por la cual sus candidaturas fueron prohibidas. Costa afirma que la reanudación de las sanciones, que tuvo lugar el 13 de febrero, afectará a la producción de petróleo y, en consecuencia, a toda la industria petrolera y gasística del país.
«Venezuela siempre ha dependido en gran medida de la industria estadounidense de bienes de equipo para sostener su parque de producción petrolera. Así que las piezas y otros elementos utilizados en la exploración petrolera proceden todos de Estados Unidos. Con el bloqueo, la industria petrolera y gasífera venezolana se ve, de alguna manera, muy afectada, porque no tiene insumos ni piezas para reponer, en este caso las piezas que se desgastan en esta producción petrolera y gasífera y esto causa una caída en la producción petrolera de Venezuela», aclara el especialista.
¿Por qué cayó Venezuela en una crisis económica?
Costa recuerda que la crisis económica de Venezuela es anterior a las sanciones estadounidenses, aplicadas en 2017 bajo la administración de Barack Obama. En la opinión del experto, la crisis tiene su origen en «la recesión en la que entró la economía venezolana a partir de 2013 debido a la caída del precio de las materias primas a nivel mundial».
«El petróleo se cotizaba a 100 dólares el barril […], pero cayó a 30 dólares. Esto tuvo un efecto directo en las cuentas externas de Venezuela».
Sin embargo, señala que las sanciones han contribuido considerablemente a profundizar la crisis económica, socavando la producción de petróleo y haciendo que el producto interior bruto (PIB) del país caiga un 70%.
«Como consecuencia de las sanciones, la producción de petróleo, que oscilaba entre un millón y medio y dos millones de barriles, cayó a 700.000 barriles. Entonces, a partir de 2017, las sanciones afectaron mucho las exportaciones de Venezuela en términos de cantidad de productos exportados, porque en términos de precio ya venían perjudicados desde la crisis de 2013», señala Costa.
Cuando EEUU aplicó las sanciones, alegó que la medida era de carácter ideológico, ya que Washington consideraba que en Caracas no había democracia. El asunto, sin embargo, quedó en segundo plano ante la escasez de petróleo.
Preguntado por la postura de Estados Unidos al respecto, Costa afirma que «el Gobierno estadounidense adopta las medidas que su hegemonía le permite».
«[La hegemonía estadounidense] practica la defensa del discurso del sistema que defiende, y este sistema pretende ser democrático y capitalista, alegando que Venezuela no era ni democrática ni capitalista, y por eso practica una política de contingencia, de sancionar a Venezuela», manifiesta.
Añade que esto no solo ocurre con Venezuela, y cita a Cuba, sancionada desde los años 60, y a Rusia, sancionada tras la operación militar especial en Ucrania. Según Costa, el poder del Gobierno estadounidense para imponer sanciones se basa en la hegemonía del dólar, cada vez más cuestionada por otros países.
«El Gobierno de EEUU tiene el poder de sancionar a otros porque, después de Bretton Woods, tiene un monopolio virtual sobre las relaciones comerciales en el mundo, que se ejerce mediante el dólar. El dólar es una moneda emitida por Estados Unidos, y ellos, al tener el dólar, tienen el poder de ‘señorío’, el poder de establecer normas comerciales para otros países», opina el experto.
Añade que Washington decidió imponer sanciones a Venezuela porque considera que el país es hostil y no está de acuerdo con su forma de gobernar.
¿Qué beneficios ha aportado a Venezuela la relajación de las sanciones?
Costa sostiene que desde octubre, cuando se relajaron las sanciones a Venezuela, Caracas ha podido reanudar las exportaciones de petróleo, así como acceder a activos en Estados Unidos que estaban bloqueados por las sanciones.
«Pero lo más importante es que entraron al mercado estadounidense para comprar las piezas que necesitaban para reemplazar el parque de exploración petrolera que PDVSA tiene en Venezuela», expone Costa.
Así que, según opina, han conseguido importantes beneficios con eso, y EEUU ha empezado a comprar otras cosas aparte de petróleo y gas. Hablan mucho de la industria petrolera, pero Estados Unidos tiene empresas mineras de oro y diamantes en Venezuela, que están adquiriendo oro y diamantes de Venezuela y pagando al tesoro venezolano por esta adquisición».
Subraya que las empresas mineras son precisamente la prioridad de las actuales sanciones.
«Para las empresas que compran petróleo y gas, el plazo es más largo, creo que es hasta abril para las que realizan estas operaciones», agrega Costa.
¿Puede EEUU intervenir militarmente en Venezuela?
Washington tiene un historial de intervenciones militares en otros países, incluidos grandes productores de petróleo como Irak, Libia y Siria. Al preguntarle sobre la posibilidad de que ocurra algo similar con Venezuela, Costa contesta que lo descarta. Esto se debe a que una medida de esta magnitud podría desembocar en una guerra regional.
«Creo que es muy difícil que eso ocurra, porque sería una intervención en un país de un tamaño razonable y con implicaciones muy fuertes para la geopolítica del hemisferio occidental. Así que creo que es muy difícil que haya una intervención militar, como creo que es difícil que haya una intervención militar en la situación bélica de Ucrania, porque allí llevaría a una guerra mundial y aquí llevaría a una guerra regional», prevé.
¿Qué posibilidades hay de que Venezuela se reincorpore al Mercosur?
Venezuela ingresó en el Mercosur en 2012 y fue suspendida del bloque en 2017 por decisión conjunta de sus miembros. Al preguntarle por las posibilidades de que el país regrese al Mercosur a corto plazo, sobre todo después de las declaraciones del presidente Luiz Inacio Lula da Silva abogando por el diálogo con Caracas, Costa es tajante y no lo ve posible por el momento.
«No lo creo, por el hecho de que hay Gobiernos en el Mercosur que se oponen abiertamente al actual Gobierno venezolano, como el de Uruguay y el de Argentina. También tienen el mismo tipo de opiniones que el Gobierno de Estados Unidos con respecto a Venezuela», expone el especialista.
Recientemente, el portavoz del Gobierno venezolano, Héctor Rodríguez, declaró que el país norteamericano debería dejar que Venezuela resuelva sus problemas internos por la vía democrática. En ese momento, Rodríguez dijo que Venezuela puede estar en desacuerdo con las cosas que ocurren en Estados Unidos, «pero son asuntos soberanos de Estados Unidos». La declaración se hizo en respuesta al anuncio de EEUU de reanudar las sanciones por la prohibición de las candidaturas de Capriles y Machado, y se consideró una forma velada de Caracas de señalar la intromisión de Washington en los asuntos internos del país.
A la pregunta de si EEUU está realmente inmiscuyéndose en los asuntos internos de Venezuela, Costa no tiene dudas.
«Por supuesto que lo están haciendo. Cuando uno sanciona a cualquier país para cumplir algún objetivo político, está interviniendo en los asuntos de ese país. De hecho, esto va en contra de nuestra política, la política de Brasil de no intervenir en los asuntos internos de otros Estados. Esta es la política tradicional brasileña, la que dejó [como legado] el Barón de Río Branco y que está incluida en la Constitución. Brasil no intervendrá en los asuntos políticos de otros países», subraya Costa.
En cuanto a la reanudación de los lazos con Brasil, tras el distanciamiento vivido bajo el Gobierno de Jair Bolsonaro, cuando Venezuela fue demonizada y puesta como ejemplo negativo de lo que Brasil podría llegar a ser bajo administraciones de izquierda, Costa señala que el acercamiento ya está en marcha.
«Por lo que sé, el asesor especial del presidente para relaciones internacionales, el excanciller Celso Amorim, ha visitado Venezuela dos veces, e incluso fue testigo de los Acuerdos de Barbados en octubre [de 2023]. Así que el Gobierno brasileño ha sido mucho más cercano al Gobierno venezolano de lo que fue bajo Bolsonaro», explica.
«Y este discurso de que Brasil podría convertirse en Venezuela es de naturaleza política. De la misma manera que los que creen en la política del Partido de los Trabajadores afirman que Brasil ahora podría convertirse en Argentina, con [Javier] Milei allí [si Bolsonaro vuelve al poder]. Pero este es un discurso político, Brasil nunca se convertirá en Venezuela porque Brasil es Brasil. Y nunca se convertirá en Argentina porque Brasil es Brasil. Todo eso es un discurso de naturaleza política, es un discurso para crear en el imaginario colectivo la idea de que hay una amenaza que se cierne sobre el país, en un sentido o en otro», añade.
¿Cómo está abordando el Gobierno venezolano el tema de la migración?
Desde que se agravó la crisis venezolana, las imágenes de personas que abandonan el país y emigran a países vecinos como Brasil, Colombia y Chile no han dejado de aparecer en las noticias. A la pregunta de cómo ve Caracas el problema de la migración, Costa señala que no puede responder por el Gobierno venezolano, pero subraya que Venezuela no está sola en la necesidad de lidiar con este problema.
«La salida de venezolanos del país es la única posibilidad que tienen muchos desempleados de seguir viviendo. Pero no es un problema que afecte solo a Venezuela, basta ver lo que está pasando en Texas ahora mismo, en EEUU, con la migración de latinoamericanos hacia América del Norte», manifiesta.
Agrega que la situación de crisis en América Latina lleva a la gente a buscar lugares donde continuar su vida y Brasil es un país privilegiado en este sentido. Hay migración en Brasil, pero no es […] tan ostentosa como lo que ocurre en México, en los países centroamericanos, en los países latinoamericanos en general.
¿Cuál es la relación comercial de Venezuela con Brasil y Rusia?
Costa menciona la relación comercial entre Brasil y Venezuela, señalando que «Brasil vende muchos alimentos a Venezuela», así como maquinaria y motocicletas producidas en la Zona Franca de Manaos. Sin embargo, dice que las relaciones comerciales entre los países, que alguna vez tuvieron un superávit de 5.000 millones de dólares, han caído bruscamente desde el inicio de la crisis venezolana.
«Brasil tuvo una relación comercial muy fuerte con Venezuela en 2006, 2007 y 2008. También exportó mucha proteína bovina a Venezuela. Incluso exportó ganado vivo. Incluso búfalos vivos iban a Venezuela en avión», afirma Costa.
En cuanto a la relación entre Caracas y Moscú, señala que sigue siendo muy buena, ya que Rusia se ha convertido en un proveedor de equipos militares para Venezuela, así como de piezas y equipos para la industria petrolera del país.
«Tiene sentido que Venezuela tenga una relación con Rusia, en la medida en que está un poco desgastada por los llamados países occidentales. No es solo Rusia. China también tiene una gran presencia en Venezuela, especialmente cuando se trata de comprar petróleo. La India también compra [petróleo a Venezuela]», afirma el experto.
La decisión de Estados Unidos de imponer sanciones al petróleo ruso ha desencadenado una escasez de esta materia prima en el mercado estadounidense, así como en los países del continente europeo que apoyaron el planteamiento de Washington.
Para sortear la situación, la Administración del presidente estadounidense Joe Biden decidió relajar las sanciones al comercio con Venezuela, país con las mayores reservas de petróleo del mundo, estimadas en 300.000 millones de barriles. La decisión colocó al Gobierno de Nicolás Maduro en una posición de protagonismo geopolítico, ya que Venezuela pasó a ser vista como la llave contra la escasez de petróleo.
Posteriormente, después de que el Tribunal Supremo venezolano hiciera oficial que dos candidatos de la oposición, María Corina Machado y Henrique Capriles, no podían presentarse a las elecciones, Washington anunció la reanudación de las sanciones, acusando a Caracas de incumplir los Acuerdos de Barbados, firmados en octubre de 2023, que establecían las reglas para las elecciones presidenciales venezolanas.