Las solicitudes para sancionar al periodista estadounidense Tucker Carlson por haber entrevistado al presidente ruso, Vladímir Putin, son una muestra de la hipocresía de los gobiernos occidentales que quieren acallar a los medios que no les rinden pleitesía, coinciden periodistas y comunicadores consultados por Sputnik.
«Es más de lo mismo», dice en entrevista el activista y comunicador venezolano Roi López Rivas en referencia a la prohibición en 2022 de medios rusos como Sputnik y RT en Estados Unidos y en algunos países europeos después del inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania.
«Lo dicen los mismos que censuraron y eliminaron todos los canales y páginas web rusas de Europa y de los Estados Unidos, canales de televisión, dejaron sin trabajo a miles de personas, a cientos de periodistas simplemente para que no se difundan las ideas y la verdad de Rusia en el tema Ucrania», asegura el también militante de la organización Free Alex Saab.
Según él, las peticiones para castigar al periodista norteamericano representan «una hipocresía inmensa de parte de Europa y del imperialismo norteamericano, que vienen a decirse defensores de la libertad de expresión».
Luego de que Tucker Carlson anunciara que entrevistó a Putin en Moscú, algunos políticos occidentales pidieron evaluar sanciones contra el expresentador de la cadena Fox. Por ejemplo, el diputado europeo y ex primer ministro de Bélgica, Guy Verhofstadt, dijo a la revista Newsweek que el Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea (UE) debe analizar la posibilidad de prohibir a Carlson viajar a los países de bloque comunitario.
El legislador describió a Carlson, además, como un supuesto «portavoz» del expresidente Donald Trump y de Vladímir Putin.
¿Occidente no quiere que se escuche la voz de Putin?
Para el activista venezolano, una prueba de la hipocresía política de Occidente es el espacio que se le ha dado en el pasado, por ejemplo, a grupos identificados con ideologías nazis o fascistas.
«Hay unas acciones que han empoderado y que aparte son valoradas y respetadas inclusive y no censuradas en Europa y en los Estados Unidos; hemos tenido al batallón Azov, que son abiertamente nazi-fascistas, dando charlas en los Estados Unidos», afirma el ingeniero venezolano.
Para López Rivas, en Occidente «simplemente no quieren que se dé a conocer la entrevista» con el presidente Putin.
«Estados Unidos, Canadá y los países lacayos de esos dos, o los lacayos de Estados Unidos, entre ellos la Unión Europea, no quieren que la verdad de Rusia salga a la luz. Tampoco quieren que la verdad de China salga, pero como no están en un conflicto militar con China, pues obviamente lo disimulan bastante, pero igual hay bastante censura a lo que ocurre en China», señala el activista.
«Hay bastante temor de que la verdad salga y también es por un tema económico, de la crisis del capitalismo, la crisis del sistema capitalista imperialista norteamericano, el fin de una hegemonía de la Unión Europea también y el crecimiento de Asia y de los BRICS», añadió López Rivas.
Para el venezolano, el mundo está entrando en una etapa «bastante peligrosa» y «oscura» por el uso indiscriminado de las sanciones y la censura a la libertad de expresión desde todos sus frentes.
La importancia de ‘las dos caras de la moneda’
López Rivas aclara que no es adepto de las ideas de Tucker Carlson, pero en este caso considera que sancionar al periodista estadounidense es inaceptable.
«Es importante que las dos caras de la de la moneda siempre estén: eso es la verdadera libertad de expresión», aseguró el activista y comunicador.
Alina Duarte, periodista independiente mexicana que ha cubierto decenas de sucesos en América Latina, Estados Unidos y otras zonas del mundo, coincidió con López Rivas en que las audiencias merecen tener todos los puntos de vista posibles sobre un hecho.
«Apelar a la censura, a la persecución, es algo que definitivamente les va a estallar en la cara, en la de por sí ya hipócrita cara de la Unión Europea y de Estados Unidos», afirma Duarte en entrevista.
Para la comunicadora independiente, el caso de Carlson evidencia la hipocresía de Occidente que ya busca sanciones aun cuando ni siquiera se conoce el contenido de la entrevista.
«Basta con nombrar a Vladímir Putin para decir que hoy se está mermando cualquier tipo de interés», afirma la periodista, quien señala que es el último episodio de un ataque sistemático a la prensa que representa una alternativa ante las «narrativas hegemónicas» estadounidenses y que ha sido estigmatizada, por decir lo menos, en los últimos meses a raíz del conflicto ucraniano.
«Recordemos que se han censurado y se han sacado del aire a medios como RT y como Sputnik. Se han hecho campañas de descrédito contra cualquier narrativa medio o visión que ponga en duda los principios de libertad y democracia de Estados Unidos y, en este caso, de la Unión Europea», observa la periodista mexicana.
¿Una nueva ‘cacería de brujas’?
«Estados Unidos ha emprendido, junto con la Unión Europea, una nueva cacería de brujas, mediáticamente hablando, pues recordemos que durante la Administración de Donald Trump también se les llamó ‘agentes internacionales extranjeros’ a medios públicos. Bastaba con que fueran medios estatales como Telesur, en el caso de Venezuela, y se les persiguió, se les impidió incluso el ingreso al Capitolio»,
recuerda la comunicadora.
Para Duarte, Estados Unidos se ha ido especializando en la guerra contra «un periodismo que no le rinde pleitesía o que no busca difundir la versión del Departamento de Estado o de la Casa Blanca».
«Creer que acabando o sancionando a un periodista se va a detener la información en torno a lo que ocurre más allá de las fronteras estadounidenses, más allá de las fronteras de la Unión Europea, me parece, por decir lo menos, ridículo, pero también preocupante», sostiene.