Washington alcanzó más de 85 objetivos de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní y milicias afiliadas en Siria e Irak, después de que Biden responsabilizara a los «grupos militares respaldados por Teherán» del ataque con drones a un puesto de avanzada en Jordania.
La Administración de Joe Biden no busca una guerra directa con Irán, ni ataques en el territorio iraní, pese a que los mensajes de varios funcionarios podrían alimentar la idea de que podrían realizarse, recoge este lunes la revista Politico.
Las Fuerzas Armadas estadounidenses lanzaron, el pasado viernes, ataques aéreos contra más de 85 objetivos de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní y milicias afiliadas en Siria e Irak, después de que el inquilino de la Casa Blanca responsabilizara a los «grupos militares respaldados por Teherán» del ataque con drones a un puesto de avanzada en Jordania, que dejó tres soldados muertos y 34 heridos.
En ese sentido, funcionarios estadounidenses afirmaron que las acciones contra Damasco y Bagdad son parte de una primera oleada y se esperan más acciones similares en los próximos días. «El objetivo aquí es detener estos ataques. No buscamos una guerra con Irán«, declaró el viernes el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
Sin planes concretos
No obstante, el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, dijo en una entrevista para NBC News el domingo que Washington no descarta la posibilidad de emprender acciones militares contra territorio iraní. «Sentado aquí hoy en un programa de noticias nacional, no voy a entrar en lo que hemos dictaminado y descartado desde el punto de vista de la acción militar», señaló.
En ese sentido, según la publicación, no está claro si los asesores del presidente estadounidense le presentaron opciones para atacar Irán, aunque esto no forma parte de ningún plan de represalia planeado, de acuerdo a un alto funcionario consultado por la revista.
Tal situación enfurece a algunos miembros del Partido Republicano, quienes, de acuerdo con la nota, sostienen que «es hora que Teherán sienta un dolor directo». «[La Casa Blanca] quiere enviar una señal como ‘oh, tengamos paz, tengamos tranquilidad’, y lo único que logra es envalentonar a los ayatolás para que continúen con estos ataques», afirmó el senador republicano Tom Cotton.
Por su parte Irán negó las acusaciones de EE.UU. y el Reino Unido de supuestamente haber participado en el ataque contra la base estadounidense en Jordania. «Estas afirmaciones se hacen con objetivos políticos específicos para invertir las realidades de la región«, declaró la semana pasada el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Nasser Kanaani, afirmando que las declaraciones de Washington y Londres amenazan «la paz y la estabilidad regionales e internacionales».