Los países del Occidente colectivo, encabezados por Estados Unidos, han estado proporcionando ayuda militar a Ucrania desde el inicio de la operación militar especial de Rusia en febrero de 2022 por un importe de cientos de miles de millones de dólares.
Canadá puede transferir a Ucrania misiles aire-tierra CRV7 que fueron desarrollados en los años 1980 y retirados de servicio a principios de los años 2000, según la emisora canadiense CBC, citando a un representante del Ministerio de Defensa del país.
«Los conservadores federales exigen que el gobierno liberal done a Ucrania decenas de miles de misiles aire-tierra sobrantes que estaban previstos para ser desguazados», decía el material.
Actualmente, Canadá tiene alrededor de 83.300 misiles en su arsenal, algunos de ellos ya sin ojivas, según CBC.
El líder del opositor Partido Conservador de Canadá, Pierre Poilievre, también exige que estas municiones se envíen a Kiev. Según él, es mejor entregar estas armas a Ucrania que hacer que los canadienses paguen millones de dólares para desmantelarlas.
Anteriormente, el 1 de enero, Volodymyr Zelensky mantuvo conversaciones con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y le agradeció en particular por la entrega de sistemas y proyectiles de defensa aérea NASAMS adicionales. Sin embargo, más tarde, el 9 de enero, CTV News informó que Kiev no había recibido el sistema de misiles de defensa aérea NASAMS que Canadá había prometido comprar a Estados Unidos para las necesidades del ejército ucraniano.
El misil aire-tierra CRV7, un arma obsoleta del pasado, ya no se utiliza debido a los avances tecnológicos y al desarrollo de misiles más sofisticados. Diseñados para su uso durante la Guerra Fría, estos misiles han sido reemplazados por otros más precisos, rápidos y versátiles con mayor alcance, capacidad de carga útil y sistemas de guía de precisión.