Agricultores franceses se aproximan a París, mientras su protesta se ramifica por la UE

Altos precios de los combustibles, estrictas normas ambientales comunitarias o competencia de los productos de terceros países, entre otros problemas, han incendiado el sector agrícola europeo, que demanda una política más justa por parte de Bruselas y los Gobiernos nacionales.

Miles de agricultores franceses siguen acercándose a la capital francesa en el tercer día de lo que han denominado como «asedio de París», la protesta masiva en la que han confluido las manifestaciones que estallaron hace casi dos semanas para llamar la atención de las autoridades galas y de UE por los altos precios de los combustibles y de la energía, las estrictas normas ambientales comunitarias o la competencia de los productos de terceros países.

Para este 31 de enero, están previstos numerosos bloqueos en varias grandes ciudades y carreteras principales en Francia, a pesar de que este martes el primer ministro francés, Gabriel Attal, anunciara nuevas medidas de ayuda al sector agrario, entre ellas una asistencia monetaria de emergencia a los productores agrícolas, controles sobre alimentos importados, así como multas a los minoristas de alimentos que no cumplan con una norma que garantiza una parte justa de los ingresos para los agricultores.

Sin embargo,los agricultores franceses no se conforman con palabras y esperan que las autoridades pasen a la acción. Mientras tanto, sus tractores se acercan a la capitaly al mercado mayorista de Rungis, localizado en su suburbio, que, junto con los aeropuertos parisinos, representan las ‘líneas rojas’ que no deben ser cruzadas por los trabajadores agrícolas, según ha declarado a France 2 este miércoles el ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, que ha advertido que el Ejecutivo «no permitirá que esto suceda». Anteriormente, el ministro había anunciado el despliegue de 15.000 policías, la mayoría de ellos en la región de París.

Al mismo tiempo, Darmanin recalcó que «los agricultores no son delincuentes» y reconoció que, por el momento, «respetan las normas que se les imponen», por lo que «no se trata de evacuarlos» de las carreteras. Sin embargo, las fuerzas de orden no se limitan únicamente a supervisar las protestas, pues intervienen cortando el paso a los manifestantes en las carreteras hacia París. Así ocurrió este miércoles, cuando el convoy de tractores que salió de Agen (suroeste de Francia) y que tiene como objetivo llegar hasta el mercado mayorista de Rungis, fue bloqueado por gendarmes cerca de la ciudad de Orleans, localizada al sur de París. Las autoridades han anunciado que el convoy no podrá cruzar el río Loira, ya que todos los puentes podrían permanecer cerrados todo el día.

Paralelamente, a menos de diez kilómetros del mercado Rungis, en Chilly-Mazarin, se encuentra otro convoy de tractores que está bloqueando la carretera A6. Y para impedir que los tractores avancen, han sido desplegado allí vehículos blindados de la Gendarmería.

Otras carreteras bloqueadas este miércoles por los convoyes de tractores son la A11 y la A87 (alrededor de Anger), la A89, la A7, la A6 y la A43, en los alrededores de Lyon. También han cortado la circulación en el puente Cheviré en Nantes, en el oeste del país, informa BFMTV.

Además, los sindicatos agrícolas organizan una protesta en la ciudad de Toulouse, en el sur del país, y siguen bloqueando el acceso al aeropuerto local, Toulouse-Blagnac. En total, durante esta jornada se han registrado «más de 100 puntos de bloqueo» en Francia con participación de unos 10.000 manifestantes, según Darmanin.

Otras naciones se suman a las protestas

Las protestas de los agricultores franceses han inspirado a sus homólogos en Bélgica, Alemania, Italia, Rumanía, Polonia y España, países que también sufren por las políticas del bloques en el sector agrícola.

El último en sumarse a la ola de protestas agrícolas en la UE fue el campo español, que este martes insistió en que se paralice el acuerdo de Bruselas con el Mercado Común del Sur (Mercosur), el bloque conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Las tres principales organizaciones agrarias y ganaderas de España, COAG, ASAJA y UPA, decidieron convocar manifestaciones a nivel regional «en las próximas semanas», acordando «un ambicioso plan de choque que recoja medidas tanto a nivel de UE, como de Gobierno de España y de las Comunidades Autónomas».

En Bélgica, los agricultores locales bloquearon este martes carreteras, incluida la principal autopista E19 hacia Bruselas, y prometieron que seguirán protestando hasta que el Gobierno cumpla con sus demandas, que, por regla general, se asemejan a las  del sector en toda la UE: mejores salarios, menos restricciones y menores costos. «No nos iremos hasta que tengamos claridad política», cita Euronews a uno de los participantes de las protestas.

Por su parte, los agricultores de Italia, liderados principalmente por representantes del grupo Rescate Agrario, han convocado este miércoles manifestaciones en cinco regiones del país: Lombardía, Toscana, Umbría, Lacio y Cerdeña, que desembocan en varias manifestaciones espontáneas en diferentes partes de la nación. Así, este martes, un convoy de tractores cerca de Roma cumplió el tercer día consecutivo de protesta contra las políticas agrícolas europeas perjudiciales. En el norte del país, en Mantova, unos 40 tractores también participaron en un bloqueo de una autopista.

Rescate Agrario organizó una serie de protestas durante la semana pasada, bloqueando ocasionalmente carreteras. «Exigimos un valor justo para nuestros productos. Queremos que la agricultura italiana sea respetada, comprendida y apreciada», afirmaron desde el grupo.

Alemania también se ha visto sacudida por las protestas de agricultores a lo largo de este mes de enero: tras una semana de protestas contra la retirada de las subvenciones al gasóleo prevista por el Gobierno Federal alemán, miles de agricultores se reunieron el pasado 15 de enero en Berlín en una manifestación a gran escala con la participación de más de 5.000 vehículos, como tractores y camiones. Esta semana, los activistas y sindicatos del sector agrario alemán han llevado a cabo una huelga de tres díascon el objetivo de exigir que disminuyan los precios de los productos orgánicos y se mantengan los subsidios fiscales al diésel agrícola.

 

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