Las manifestaciones tendrán lugar «en las próximas semanas», en un contexto de alta crispación contra Bruselas por el alto precio del combustible y la energía.
El campo español decidió sumarse a la ola de protestas agrícolas que recorre la Unión Europea (UE) por el alto precio de los combustibles y la energía, las estrictas normas ambientales comunitarias o la competencia de los productos de terceros países e insistió en que se paralice el acuerdo con el Mercado Común del Sur (Mercosur), el bloque conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
En un comunicado conjunto, las tres principales organizaciones agrarias y ganaderas de España, COAG, ASAJA y UPA, decidieron sumarse a las manifestaciones contra las políticas de Bruselas, con actos que se desarrollarán a nivel regional «en las próximas semanas».
Las manifestaciones arrancaron en Francia, y se extendieron a otros países como Italia, Alemania o Polonia.
«Los agricultores luchan frente a un mercado desregulado que importa productos agrarios de terceros países a bajo precio que presionan a la baja los de la UE y a los producidos en España», dice el comunicado.
«Estas producciones extracomunitarias no cumplen las normativas internas de la UE y representan una contradicción e hipocresía en la actuación política de la UE, entre la política comercial y la política agraria común propia. Una competencia desleal que pone en jaque la viabilidad de miles de explotaciones en España y Europa«, agrega.
«Un ambicioso plan de choque»
Las tres asociaciones piden «un ambicioso plan de choque que recoja medidas a tres niveles: Unión Europea, Gobierno de España y Comunidades Autónomas».
Y reprochan a Bruselas que siga cerrando acuerdos de libre comercio que, según ellos, agudizan los problemas de los «agricultores y ganaderos» de toda la UE.
En ese sentido, insisten en la paralización de las negociaciones con el Mercosur, en la no ratificación del acuerdo con Nueva Zelanda y que se ponga un alto a las negociaciones con Chile, Kenia, México, India y Australia.
Del mismo modo, piden que se aumenten los controles en las frontera con Marruecos para garantizar que los productos del país del norte de África «cumplen con las normativas internas de la UE».
La semana pasada, Josep Borrell, el jefe de la diplomacia europea, advirtió que las protestas pueden suponer otro obstáculo en la ratificación del acuerdo que el bloque europeo y el sudamericano llevan décadas negociando y que está pendiente de ratificación.