Funcionarios estadounidenses estudian suspender o ralentizar los envíos de armas a Israel para convencer al Gobierno de Benjamín Netanyahu de reducir su ataque militar contra la Franja de Gaza, que ha cobrado la vida de más de 26.000 palestinos, de acuerdo con un reporte de ‘NBC News’.
Con base en el testimonio anónimo de tres funcionarios en activo y uno retirado, el espacio noticioso reportó que la Administración de Joe Biden está discutiendo el uso del envío de armas a Tel Aviv como palanca para convencer a Natanyahu de escuchar los llamamientos para reducir su ataque militar contra el enclave palestino.
«Bajo la orden de la Casa Blanca, el Pentágono ha estado revisando qué armamento ha solicitado Israel que podría usarse como influencia», señala el medio en su artículo. «Estados Unidos está considerando ralentizar o pausar las entregas con la esperanza de que esto impulse a los israelíes a tomar medidas, como abrir corredores humanitarios para proporcionar más ayuda a los civiles palestinos».
Según las fuentes entrevistadas, Israel continúa pidiendo a la Administración de Biden bombas aéreas, proyectiles de artillería de 155 milímetros y municiones conjuntas de ataque directo.
Los funcionarios dijeron que la presión a Netanyahu se produce después de semanas de que el presidente Biden y su equipo de seguridad nacional no lograran convencerlo de cambiar las tácticas militares en Gaza para minimizar las víctimas civiles.
El 7 de octubre de 2023, el movimiento palestino Hamás atacó Israel desde la Franja de Gaza, causando unos 1.200 muertos y cerca de 5.500 heridos, además de retener a unos 250 rehenes.
En represalia, Israel declaró la guerra a Hamás e inició ataques masivos contra las instalaciones civiles y de otra naturaleza en Gaza, al tiempo que imponía un bloqueo total al enclave palestino, cortando el suministro de agua, alimentos, medicinas, electricidad y combustible.
El 27 de octubre, además, Israel lanzó una incursión terrestre a gran escala en la Franja de Gaza. Los ataques israelíes han dejado hasta la fecha más de 26.000 muertos y casi 64.500 heridos en el enclave palestino, además de obligar al desplazamiento a más del 85% de la población.