La posibilidad de que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, destituya al jefe de las Fuerzas Armadas, Valeri Zaluzhni —como señalan distintos rumores y reportes de prensa internacionales— es un reflejo de la nueva política ucraniana diseñada para hacer frente a la realidad de que sus tropas podrían perder frente a Rusia.
Así lo asegura Stephen Bryen, experto en estrategia de seguridad y tecnología, quien sugiere la posibilidad de que Kyrylo Budanov, jefe ucraniano de inteligencia militar, sustituya a Zaluzhni.
«La nueva política ucraniana se ha ido perfilando en los últimos meses. Si se entiende correctamente, la política está diseñada para hacer frente a la nueva realidad de que Ucrania perderá el conflicto, y el Gobierno de Ucrania puede necesitar evacuar Kiev», afirma el también exfuncionario del Pentágono en un artículo publicado en el medio especializado Weapons & Strategy.
«Poner a Budanov en control efectivo de la nueva política, y la reubicación de la capital de Ucrania, probablemente a Leópolis, es la base de la política. Desde el punto de vista operativo, la política consistirá en utilizar operaciones especiales, asesinatos, bombardeos y cualquier otro medio, incluida la detonación de un reactor nuclear, para castigar a los rusos y mantenerlos fuera de equilibrio», agrega.
El experto sostiene que Zelenski ya está preparando el terreno diciendo que Rusia volará un reactor nuclear. «Los rusos son, sin duda, muy conscientes de que el objetivo será un reactor en el oeste de Rusia y que serán saboteadores ucranianos quienes lleven a cabo la misión», considera.
De acuerdo con Bryen, en Europa existe pánico porque creen que, si Moscú sale avante de la crisis ucraniana, el continente estaría amenazado por una nación a la que, dice el especialista, no están listos para enfrentar.
Sin embargo, el Kremlin ha negado en todo momento que entre sus intereses esté controlar Europa y, en cambio, sostiene que esas versiones solo son versiones difundidas por Occidente sin pruebas ni sustento.
«Los jefes de la OTAN y los políticos de Alemania, Suecia, Holanda, Estonia, Polonia y otros países están pidiendo a gritos que se refuercen las defensas de la OTAN. El ejercicio de la OTAN, de casi cinco meses de duración, que comienza a finales de enero, es un esfuerzo por demostrar a Rusia que la OTAN resistirá y luchará. Pero el ejercicio también puede mostrar a los rusos lo que tienen que hacer si se produce un conflicto», afirma Bryen.
De acuerdo con el análisis, Europa tiene poco en lo que apoyarse, ya que su seguridad depende en gran medida de Estados Unidos.
«Desde el colapso de la Unión Soviética, quizá mucho antes, los europeos se han centrado en el gasto social y han invertido poco en programas de defensa. Peor aún, muchos de ellos han tomado su material bélico de reserva estratégica y lo han enviado a Ucrania, dejándolos con estanterías y almacenes vacíos.
En Alemania, que se suponía iba a reconstruir sus fuerzas armadas bajo el lema Zeitenwende [Punto de inflexión], el Gobierno ha estado saqueando el fondo de 108.000 millones de dólares para dar dinero y armas a Ucrania», asegura el analista.
Según Bryen, poco se ha hecho en Bruselas y en Washington para hacer avanzar realmente la producción de equipo militar. Además, dice, hay escasez de personal militar, problemas en la cadena de suministro y lentitud en los pedidos de adquisición.
Mientras tanto, señala el especialista, Estados Unidos ha descargado la mayor parte de sus suministros críticos para la lucha en Ucrania, dejando una gran incertidumbre sobre si Washington puede rescatar a Europa, incluso si realmente quisiera hacerlo, sostiene.
«Estados Unidos está cambiando su política y está reconociendo que no puede ganar una guerra convencional contra Rusia, lo que también significa que no puede ganar una guerra convencional contra China, tal vez ni siquiera contra Irán o los minúsculos hutíes», observa el exinspector de armas de la ONU.