Zelenski decreta partes de Rusia como «históricamente habitadas por ucranianos»

Paralelamente, presentó ante el Parlamento un proyecto de ley para permitir que «todos los ucranianos étnicos y sus descendientes de diferentes países del mundo tengan nuestra ciudadanía», excepto los ciudadanos de Rusia.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, firmó este lunes un decreto sobre «los territorios de la Federación de Rusia históricamente habitados por ucranianos».

En el documento, el mandatario ucraniano acusó a Moscú de tratar de «destruir la identidad nacional, oprimir a los ucranianos y violar sus derechos y libertades» en «tierras históricamente habitadas» por ellos, que abarcarían el actual territorio de la región rusa de Krasnodar y las provincias rusas de Bélgorod, Briansk, Vorónezh, Kursk y Rostov. Cabe recordar que el régimen de Kiev a menudo apunta a estas provincias en sus ataques con drones y misiles contra objetivos civiles. A finales de diciembre del 2023 más de 20 civiles fallecieron y más de 100 resultaron heridos tras un bombardeo contra Bélgorod, incluidos varios menores.

En su decreto, Zelenski ordenó que el Gabinete de ministros desarrolle, con la participación de expertos internacionales, un plan «para preservar la identidad nacional de los ucranianos», incuyendo a aquellos que residen en las regiones mencionadas.

Además, el documento exige examinar el tema de «crímenes» presuntamente cometidos contra ucranianos que viven o vivieron en los territorios en cuestión a causa de «la política de rusificación forzada, la represión política y las deportaciones de ucranianos». Al mismo tiempo, el decreto solicita intensificar el trabajo «para contrarrestar la desinformación y la propaganda de la Federación de Rusia sobre la historia y el presente de los ucranianos en Rusia», así como preparar y divulgar «materiales sobre la historia de más de mil años de la formación del Estado ucraniano, las conexiones históricas de las tierras habitadas por personas de etnia ucraniana, con formaciones estatales ucranianas en diversos períodos históricos».

Comentando el decreto, Zelenski dijo que se trata de «la recuperación de la verdad sobre el pasado histórico para el futuro ucraniano».

«Una acción de propaganda, provocada por el fracaso en el frente»

Por su parte, el exmandatario ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, Dmitri Medvédev, sostuvo que el documento representa una acción de «propaganda, provocada por el fracaso en el frente». Medvédev le aconsejó a Zelenski «dejar» de hacer este tipo de acciones y agregó con ironía que el mandatario ucraniano «pronto anexará Canadá».

El dirigente ucraniano también «destacó la necesidad» de que Rusia «cumpla con sus obligaciones internacionales de garantizar a los ucranianos que viven en sus territorios […] los derechos a la educación en lengua ucraniana y su libre uso, los derechos civiles, sociales, culturales y religiosos, el acceso a los medios de comunicación en lengua ucraniana y el derecho de reunión pacífica».

En este sentido, cabe recordar que desde la Cancillería rusa confirmaron en octubre del 2022 que no se prohibirían otros idiomas, incluido el ucraniano, en las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, así como en las regiones de Zaporozhie y Jersón, que se habían unido a Rusia ese mismo año, luego que la mayoría de su población votara por este paso en un referéndum.

Al mismo tiempo, cabe recordar que, tras la declaración de independencia de Ucrania, sus autoridades comenzaron a promover la reducción del uso de la lengua rusa en el país y, después del golpe de Estado del 2014, endurecieron la supresión de los derechos de la población rusoparlante. Así, el régimen de Kiev ya ha aprobado numerosas leyes discriminatorias sobre la lengua y la educación, forzando que el idioma ruso salga de todos los ámbitos de la vida, como el sector servicios, publicidad, anuncios y carteles, Internet y espacio mediático.

Por ejemplo, en noviembre pasado, el encargado de la protección de la lengua ucraniana, Tarás Kremen, declaró que en el país no debe de haber ciudadanos rusoparlantes. A su vez, el presidente de la Rada Suprema (el Parlamento ucraniano), Ruslán Stefanchuk, afirmó previamente que en Ucrania «no hay y no puede haber» minorías nacionales rusas, y que «sus derechos deben ser violados».

Mientras, la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica (UPTs), dependiente del Patriarcado de Moscú, ha sido objeto de persecución por parte de las autoridades ucranianas durante los últimos años. Desde el inicio del conflicto con Rusia, expulsiones de clérigos y registros, así como agresiones, se han reportado en diversas regiones de Ucrania e incluso han llegado a la sede principal de la UPTs en la capital. Mientras tanto, Zelenski promociona la cismática Iglesia ortodoxa de Ucrania (PTsU), que recibió la autocefalia en enero del 2019 de manos del patriarca Bartolomé de Constantinopla, durante el mandato del presidente Piotr Poroshenko.

Proyecto de ley de ciudadanía múltiple para todos, excepto los rusos

Este mismo lunes, el presidente ucraniano informó de que presentó ante la Rada Suprema un proyecto de ley que introduce la ciudadanía múltiple. Según el propio Zelenski, esta legislación permitirá que «todos los ucranianos étnicos y sus descendientes de diferentes países del mundo tengan nuestra ciudadanía», excepto los ciudadanos de Rusia.

Cabe recordar que Ucrania como país no existía antes de la creación de la URSS. El pasado mes de mayo, el presidente ruso, Vladímir Putin, recordó que históricamente las «tierras ucranianas» incluían un territorio mucho más pequeño que las fronteras anteriores al 2014, que fueron en gran parte «creadas» por dirigentes soviéticos en el siglo XX.

«Estas tierras eran simplemente parte de la Mancomunidad de Polonia-Lituania, y luego pidieron formar parte del Gran Principado de Moscú. […] Y entonces, tras la Revolución de Octubre [1917], empezaron a formarse formaciones cuasi-estatales. Las autoridades soviéticas crearon la Ucrania soviética. Antes de ese momento de la historia de la humanidad no existía Ucrania», explicó.

 

Fuente