MOSCÚ — Rusia tiene la intención de acatar las restricciones estipuladas en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START, por sus siglas en inglés), a menos que Estados Unidos quite sentido a ese compromiso con nuevas acciones destructivas, dijo a Sputnik el vicecanciller ruso, Serguéi Riabkov.
«A estas alturas no creemos que sea el momento de mirar más allá del año 2026 en el contexto del Tratado START. Por ahora nos orientamos a la tarea de preservar los indicadores cuantitativos de armas estratégicas ofensivas en los niveles establecidos por el tratado dentro de su período de vigencia. Ahora bien, mantendremos este enfoque a menos que Washington desvirtúe tal objetivo para nosotros con nuevas acciones desestabilizadoras», declaró Riabkov en una entrevista con esta agencia.
El viceministro rehusó hacer conjeturas acerca de lo que pueda pasar tras el vencimiento del acuerdo.
«La situación que se haya configurado hacia el vencimiento del START, tendrá sentido analizarla y evaluarla a medida que nos acerquemos a febrero de 2026. En este momento, sería prematuro hablar de ello», apuntó.
Buena parte de los acuerdos bilaterales estratégicos, a juicio de Riabkov, han perdido actualidad por culpa de Washington y aquellos que siguen en pie, «pueden caer víctimas de su destructiva política antirrusa en cualquier momento».
«Hemos llegado a una situación en la que no existe ningún fundamento para acciones políticas conjuntas o coordinadas, menos aún en el ámbito de la seguridad», constató el diplomático ruso.
«No parecen pertinentes ni justificadas en un contexto de guerra híbrida total que Washington está librando contra nosotros», añadió.
El ICBM superpesado Sarmat
La puesta en servicio del misil balístico intercontinental superpesado Sarmat no altera la ecuación estratégica entre Moscú y Washington, afirmó Riabkov.
«Mantenemos un estricto apego a los niveles cuantitativos que establece el START. Habida cuenta de la suspensión del tratado, contabilizar las armas bajo el mismo se convierte en un ejercicio algo especulativo.
Sin entrar en detalles, señalaré que, previamente a la ‘congelación’ del START, los mecanismos previstos para incluir en el ámbito del tratado los misiles balísticos intercontinentales de nuevo tipo se observaron también con respecto al sistema estratégico Sarmat», enfatizó.
El vicecanciller agregó que «la puesta en servicio de este sistema no cambia la ecuación estratégica», puesto que las fuerzas estratégicas nucleares de Rusia son un organismo vivo.
«Su composición se adapta en función de los programas de modernización, no solo mediante la incorporación de nuevos sistemas, sino también a través de la retirada gradual de otros, antiguos. Por lo tanto, no hay cambios bruscos en términos cuantitativos», aclaró Riabkov.
Según las previsiones, el ICBM superpesado Sarmat se va a incorporar al arsenal de Rusia en 2024.
A finales de febrero de 2023, Rusia suspendió su participación en el Tratado START III, el único acuerdo de control de armas que quedaba entre Moscú y Washington después de que EEUU abandonara en agosto de 2019 el Tratado INF de misiles de medio y corto alcance.
El presidente ruso, Vladímir Putin, enfatizó que el país no se retira del tratado pero, antes de retomar la discusión sobre el futuro del START III, necesita comprender cuáles son las pretensiones de Francia y Reino Unido y cómo procede contabilizar sus arsenales estratégicos, es decir, la capacidad de ataque total de la Alianza Atlántica.
El START III fue suscrito por un período inicial de 10 años desde 2011 y prolongado en 2021 por cinco años, hasta el 5 de febrero de 2026, limitaba los arsenales estratégicos de EEUU y Rusia a un máximo de 700 misiles, 1.550 ojivas nucleares y 800 lanzaderas tanto desplegadas como en reserva.