La candidata oficialista Claudia Sheinbaum sigue encabezando las encuestas.
Las precampañas presidenciales de México entraron en su recta final en medio de acusaciones cruzadas entre los tres aspirantes confirmados para las elecciones que se realizarán el 2 de junio y en las que la ciudadanía decidirá quién sucederá a Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con el cronograma del Instituto Nacional Electoral (INE), el próximo jueves vence el plazo de las precampañas que iniciaron el pasado 20 de noviembre. Luego, del 19 de enero al 29 de febrero, habrá un periodo de «intercampaña».
Las campañas oficiales se realizarán del 1 de marzo al 29 de mayo y, finalmente, cuatro días después se llevarán a cabo las elecciones más grandes en la historia de este país, ya que, además de la presidencia, están en juego ocho gubernaturas (Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán) y la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, 128 senadurías, 500 diputaciones federales, 31 congresos locales, 1.580 ayuntamientos, 16 alcaldías y 24 juntas municipales.
El clima electoral se ha visto afectado por una serie de escándalos que han derivado en acusaciones entre quienes encabezan las tres únicas candidaturas confirmadas.
Una de ellas es Claudia Sheinbaum, abanderada de la coalición oficialista Sigamos Haciendo Historia que integran los partidos Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM), y quien lidera las encuestas.
Su principal contrincante es Xóchitl Gálvez, precandidata de la coalición opositora Fuerza y Corazón por México, formada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD).
Por último, se encuentra Jorge Álvarez Máynez, quien es el último y más inesperado candidato, ya que la semana pasada asumió la campaña de Movimiento Ciudadano (MC) en lugar del gobernador de Nuevo León, Samuel García.
Polémicas
Sheinbaum y Gálvez enfrentaron fuertes controversias durante los últimos días que ambas aprovecharon para acusarse mutuamente.
La semana pasada, Sanjuana Martínez, exdirectora de Notimex, la agencia estatal de noticias que ya fue cerrada, desató un vendaval político al denunciar que a los trabajadores de este medio les habían pedido que «donaran» el 20 % de sus indemnizaciones para financiar de manera ilegal la campaña de Sheinbaum.
Martínez prometió que demostraría sus dichos, pero una semana después sigue sin mostrar ninguna prueba. Sin embargo, la oposición aprovechó para atacar de manera conjunta a la candidata oficialista.
Gálvez incluso interpuso una denuncia formal en el INE para exigirle que investigue el manejo de los recursos económicos en la campaña de su rival.
El domingo, durante el cierre de su precampaña en la Ciudad de México, Gálvez volvió a poner en duda la honestidad de Sheinbaum.
«Luchemos con valor para enfrentar lo que viene: una elección injusta y dispareja, con todo el poder y todo el dinero del Estado en nuestra contra«, dijo la política conservadora al asegurar que la candidata oficialista «viene del privilegio» y «siempre ha vivido muy bien del presupuesto».
Cruces
Sheinbaum, en tanto, negó las afirmaciones de la exdirectora de Notimex, de la misma manera que lo hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien de manera insistente ha defendido a la precandidata apoyada por su Gobierno.
En contraparte, la campaña de Gálvez recibió el impacto del escándalo que provocó el líder del PAN, Marko Cortés, al revelar un ilegal acuerdo político que había firmado con el PRI para repartirse cargos públicos en el norteño estado de Coahuila.
Gálvez, quien es postulada por ambos partidos, aseguró que no tuvo nada que ver con ese pacto que se realizó en las sombras y que incluso la enojó.
Sin embargo, Sheinbaum advirtió que la candidatura de Gálvez también es resultado de este tipo de acuerdos.
«Ahí (en el acuerdo) decía que la presidencia de la República le tocaba al PAN, o sea que hicieron una simulación de quién era la candidata, ya lo sabían desde antes», dijo al recordar que su adversaria es militante de ese partido.
«Imagínense los acuerdos que hay para la presidencia de la República si llegaran a ganar», agregó.
El candidato inesperado
El diputado Jorge Álvarez Máynez terminará el próximo jueves una breve precampaña que durará sólo nueve días en representación del Movimiento Ciudadano, a diferencia de Sheinbaum y Gálvez, que andan recorriendo el país en calidad de precandidatas desde el pasado 20 de noviembre.
Ello se debe a que la definición de la candidatura presidencial del MC se vio empañada por la inesperada renuncia por parte de Samuel García, quien, luego de ser confirmado como abanderado de este partido, decidió quedarse en la gubernatura de Nuevo León para impedir que ese cargo lo ocuparan de manera interina el PRI y el PAN.
Álvarez Máynes fue postulado apenas el 11 de enero y sus intenciones de voto, por ahora, no superan un dígito en las encuestas, escenario que pretende modificar en los próximos meses con la intención de desplazar a Gálvez como la principal contrincante opositora.
Su lanzamiento ya se vio empañado por la denuncia que interpuso la senadora Indira Kempis, quien acusó a MC de violar sus propias reglas al designarlo como precandidato presidencial a pesar de que hay múltiples impugnaciones previas sobre los procesos internos del partido que tendrían que ser resueltas primero.
A ella se sumó el PRI, que denunció a Álvarez Máynes por posibles «infracciones a la normativa electoral», lo que el diputado ya calificó como el inicio de una «guerra sucia» en su contra.