De acuerdo a un exfuncionario del Pentágono, si no fuera por el apoyo de Washington a Israel, el polvorín en el que se encuentra actualmente la región no estaría a punto de explotar y Tel Aviv no tendría el coraje de ampliar su campaña militar.
Estados Unidos y el Reino Unido lanzaron el jueves 11 de enero una operación militar contra los hutíes en Yemen.
Según la BBC, la mayoría de los ataques de la coalición encabezada por Washington se realizaron contra bases aéreas y aeropuertos del país del sur de la Península Arábiga, algunos cerca de zonas residenciales. La acción se abanderó en respuesta a los ataques hutíes a barcos en el mar Rojo, argumentaron tanto Londres como Washington.
Desde noviembre, los hutíes han atacado centenares de buques en la región, reivindicados como resistencia a la campaña militar que lleva adelante Israel, con el apoyo de su aliado estadounidense, en la Franja de Gaza, que ya ha dejado más de 23.000 muertos, la mayoría civiles.
El grupo yemení dijo que solo detendría sus acciones en el mar Rojo cuando se alcanzara un alto al fuego en el enclave palestino.
Para el exanalista de políticas de seguridad del Pentágono Michael Maloof fue «solo gracias al respaldo estadounidense que los israelíes se sintieron alentados» a lanzar tal campaña militar, y que mientras «Washington brinde ese apoyo», las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ) no dejarán de operar en Gaza.
«Estamos en una pendiente muy resbaladiza en este momento. Estados Unidos podría ir a la guerra y, hasta ahora, Joe Biden no ha demostrado un liderazgo fuerte, pese a que es sólo gracias a Estados Unidos que los israelíes se han envalentonado», estimó en entrevista con Sputnik.
«Lo que podría detenerlos es que Estados Unidos suspendiera todas sus envíos de municiones a Israel ahora mismo, porque de lo contrario simplemente estarán alimentando este conflicto y echando más y más gasolina al fuego. Pero, al no hacerlo, Tel Aviv se siente animado y ahora quiere ir al sur del Líbano. Así que mientras Estados Unidos proporcione ese apoyo, el Gobierno de Benjamin Netanyahu no cambiará de postura», abundó.
El exanalista también destacó que «la Administración Biden ha sido negligente» al proporcionarle una carta blanca a Israel en su escalada bélica, y ahora necesita volver a dar la impresión de estar a cargo.
En su opinión, el bombardeo en Yemen se debe precisamente a que el electorado en EEUU, que irá a las urnas en noviembre para votar por un nuevo presidente, necesita tener la imagen de un jefe del ejecutivo fuerte, y Biden ha sido todo menos eso.
Maloof dijo además que el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ha tenido una «eficacia prácticamente nula» al subrayar que las constantes giras en la región del jefe de la diplomacia estadounidense no han obtenido resultado alguno para acercar posiciones entre los distintos actores en pugna.
«La última visita de Blinken a Oriente Medio fue particularmente inútil. Los hutíes continuaron atacando incluso mientras él estaba en la región. Lo único que está haciendo es desperdiciar dinero viajando sin conseguir ningún avance en las negociaciones ni mucho menos un alto al fuego», opinó.
Además del liderazgo debilitado en la presidencia y en la política exterior, Maloof citó el «desorden» del Congreso estadounidense y la resistencia a aprobar las solicitudes de nuevos fondos para Israel y Ucrania desde la Casa Blanca. Sin embargo, destacó que Tel Aviv es un caso diferente al de Kiev.
«Si algunos de estos nuevos paquetes fueran a aprobarse, sería el de Israel, ya que EEUU tiene una alianza histórica con el país, y además debido a la existencia de un lobby pro-Israel muy grande en el Congreso. Todo este caos está haciendo que este año electoral, un periodo que siempre está plagado de tensiones, sea aún más tumultuoso».
Por último, Maloof afirmó que la situación en Oriente Medio es tan complicada actualmente que Israel podría tomar la decisión de atacar a Irán, lo cual representaría una escalada de consecuencias imprevisibles.
«Si los israelíes continúan bombardeando Gaza y expandiendo la guerra, como han prometido hacer en el Líbano, tendrán la rara capacidad de unir a sunitas y chiitas. Por ahora, países como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que son sunitas, realmente quieren que esto se termine porque tienen otras agendas», describió.
«Pero Israel claramente quiere seguir expandiendo sus ataques, e incluso podrían llegar a bombardear a Irán, a quien acusan de estar detrás de los hutíes. Y mientras Estados Unidos siga respaldando las ambiciones bélicas de Tel Aviv, las cosas no terminarán bien», concluyó el exanalista.