Las exigencias en torno al mar Rojo, sin diálogo para poner fin al genocidio en Gaza, representan un doble rasero de las políticas de EEUU y sus aliados, declaró a Sputnik el miembro de buró político del movimiento yemení Ansarolá, Ali Qahum. Indicó que los lemas occidentales sobre humanidad chocan con los combates en el enclave palestino.
Qahum comentó la reciente resolución de EEUU en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la seguridad marítima en el mar Rojo, destacando que su adopción no era sorprendente, ya que el organismo «nunca ha respaldado los derechos de los pueblos».
El organismo internacional aún no ha aprobado una solución apropiada que pueda terminar con los enfrentamientos en Gaza, que ya han causado numerosas muertes entre la población civil, dado que la medida no cuenta con el apoyo de EEUU y sus aliados.
«[El Consejo de Seguridad] solo apoya la arrogancia occidental, la hegemonía unipolar y legitima las acciones coloniales occidentales contra países y pueblos de toda la región», indicó el miembro del buró político de Ansarolá de Yemen.
En su opinión, todos los que respaldan el actual rumbo del órgano «aplican una política de doble rasero, desinformando sistemáticamente a la opinión pública mundial». Desestimó así los lemas de la humanidad y de los derechos humanos, que Occidente utiliza para satisfacer sus propios intereses, igualmente ignorando las atrocidades en Gaza y saqueado las riquezas de la región.
«Duplicidad flagrante y mentiras descaradas, todo ello para la aplicación de proyectos coloniales y conspiraciones diabólicas contra los pueblos libres y los países que se han opuesto a EEUU, Israel y los países occidentales», precisó al respecto.
De acuerdo con sus palabras, los yemeníes continuarán sus acciones contra los barcos israelíes en el mar Rojo y los barcos que viajan a Israel.
«No nos detendrán las amenazas y acciones hostiles de EEUU y el Reino Unido, nuestro objetivo es poner fin a la guerra en Gaza», prosiguió Qahum.
En este contexto, subrayó que Yemen está comprometido con el derecho internacional sobre la protección de la navegación en el mar Rojo y aseguró que la única amenaza allí, la constituye la presencia estadounidense, británica y occidental. «Son estos últimos quienes desprecian el derecho internacional y violan descaradamente todas las normas y leyes internacionales en alta mar», concluyó.
En la noche del 11 al 12 de enero, EEUU y sus aliados lanzaron decenas de ataques contra objetivos hutíes en cuatro gobernaciones de Yemen, incluidas Saná y Al Hudayda.
Según la Fuerza Aérea de EEUU, fueron bombardeados 60 objetivos en 16 sitios diferentes, incluidos puestos de mando y control hutíes, sus depósitos de municiones, sistemas de lanzamiento, instalaciones de producción y radares de defensa aérea. En los ataques se utilizaron más de 100 municiones guiadas de precisión de diversos tipos.
El Comando Central (Centcom) precisó que Estados Unidos lanzó estos ataques en coordinación con el Reino Unido y con el apoyo de Australia, Canadá, Países Bajos y Bahréin. El presidente estadounidense, Joe Biden, declaró que es una represalia a los ataques de Ansarolá contra buques internacionales en el mar Rojo.
El movimiento Ansarolá (hutíes) proclamó el 19 de noviembre que atacará cualquier barco relacionado con Israel, como respuesta a los ataques israelíes a la Franja de Gaza, e instó a otros países a retirar sus tripulaciones de esas embarcaciones y a no acercarse a ellas en el mar.
El 18 de diciembre, el Pentágono anunció una nueva operación multinacional, Guardián de la Prosperidad, con participación de más de 20 países, para hacer un frente conjunto a los desafíos de seguridad en el sur del mar Rojo y el golfo de Adén, garantizar la libertad de navegación para todos los países y reforzar la seguridad y la prosperidad regionales.
Los hutíes, a su vez, amenazaron con atacar los buques de los países que participan en la operación, liderada por EEUU. Del 17 de octubre al 11 de enero, según el Centcom, se registraron al menos 27 ataques hutíes con drones, misiles antibuque y misiles de crucero contra barcos en rutas marítimas internacionales.