Se reporta que EE.UU. está preocupado porque estas discrepancias están «ralentizando los esfuerzos para cristalizar una nueva estrategia» de Ucrania en el campo de batalla.
Estados Unidos quiere que Ucrania afine su plan de batalla contra Rusia en este 2024, pero le preocupa que las discrepancias entre el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, y el jefe de las Fuerzas Armadas del país, Valery Zaluzhny, estén obstaculizando los esfuerzos militares de Kiev.
Según ha informado Bloomberg, citando a personas familiarizadas con el asunto, EE.UU. debe entender claramente los planes de Kiev para determinar «cómo puede alinear mejor su apoyo para ayudar a Ucrania a defenderse» este año.
Sin embargo, varios funcionarios de Washington están «preocupados» por las diferencias entre Zelenski y Zaluzhny, que están «ralentizando los esfuerzos para cristalizar una nueva estrategia», dijeron las fuentes.
Es probable que el asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan, plantee la cuestión a Zelenski al margen de la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos, que se celebrará entre el 15 y el 19 de enero.
Las «tensiones» entre Zelenski y su máximo general surgieron en noviembre, indica Bloomberg, cuando el presidente se enfadó porque el militar describió la situación en el campo de batalla con Rusia como «un punto muerto» en una entrevista con The Economist. Zaluzhny se retractó posteriormente de sus comentarios, pero «las tensiones se han mantenido, a pesar de las afirmaciones oficiales de que la dirección está unificada», destacó.
Asimismo, ambos han «discrepado» sobre la necesidad de rebajar la edad de reclutamiento para reconstituir las filas del Ejército, donde las pérdidas han sido «cuantiosas», dijo la agencia. El informe explica que Zelenski ha estado retrasando el proyecto de ley que rebajaría la edad de reclutamiento, que Zaluzhny está impulsando.
Mientras, los resultados de encuestas internas, obtenidos por The Economist, muestran que Zelenski está perdiendo el apoyo de su pueblo por los escándalos de corrupción en el Gobierno, y la preocupación por la incertidumbre sobre el futuro del país. Según las cifras de mediados de noviembre, el líder cuenta con un 32% de aprobación, mientras que su comandante en jefe alcanza un 70%.