El Ministerio de Economía de Bolivia adelantó que en febrero se firmaría el acuerdo para la apertura del primer banco de China en territorio nacional. El analista económico Martín Moreira explicó a Sputnik los beneficios que traería la inclusión de yuanes en la economía local.
El Gobierno de Luis Arce anunció que hasta febrero espera acordar la llegada de dos de los bancos más importantes de China, cuya labor ayudaría a mejorar el comercio exterior y la disponibilidad de divisas. Con la apertura de las sucursales, Bolivia podrá comerciar con el país asiático en yuanes y también en pesos bolivianos, con lo cual quedaría en un segundo plano la dependencia del dólar americano para las transacciones internacionales.
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, dijo en conferencia de prensa que desde inicios de 2023 trabajan el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC, por su sigla en inglés) con el boliviano Banco Unión «para establecer un mecanismo de convenio».
«Estamos en [una fase de] análisis de inversión del banco chino y estamos a la espera de la aceptación de este banco, a mediados de febrero, para ya empezar las operaciones obviamente con el Banco Unión».
En diálogo con Sputnik, el analista económico Martín Moreira consideró positiva la llegada de los dos bancos asiáticos. El segundo sería el Banco de China, con el cual también negocia el Gobierno de Arce.
Moreira evaluó el contexto global en el cual se avanza en la apertura de sucursales de estos bancos en Bolivia: «Hay una presión muy fuerte de Estados Unidos, que necesita poner al dólar nuevamente vigente».
La economía del país norteamericano se vio afectada por el crecimiento de los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), quienes «solamente el 25% de sus operaciones realizan en dólares. Lo demás es en sus respectivas monedas».
De esta manera «realmente se ha roto la hegemonía del dólar como divisa de reserva, que da valor a toda las mercancías en el mundo», indicó el analista.
Ante este panorama, «EEUU eleva las tasas de interés, así transfiere deuda a los países periféricos, los cuales se ven en la necesidad de recurrir a una demanda mayor de dólares. De esta manera, las transacciones en esta divisa se incrementan y el costo de manejar dólares se vuelve muy alto para estos países», explicó el economista.
Recordó que según un reciente informe del Banco Mundial, en 2022 estas naciones pagaron más de 88.000 millones de dólares «solo en intereses. Es una muestra de cómo ha aumentado la presión del dólar a las economías y las reservas internacionales, tanto a nivel regional como global».
Por este motivo, en Bolivia «hemos tenido un 2023 muy complicado con el tema de las divisas». Según el último reporte del Banco Central de Bolivia (BCB), en las reservas quedan solamente 1.700 millones de dólares.
Para Moreira la situación está controlada desde que el Banco Unión empezó a realizar operaciones financieras en yuanes, el año pasado. Esto repercutió en tres áreas: la agropecuaria, la industrial y la construcción, «que necesitan insumos de China», graficó Moreira.
Para él, la entrada de yuanes representa «una interesante forma de mantener a flote el comercio exterior de Bolivia, también serviría para disminuir la falta de divisas», además de mantener provistos de insumos a los principales sectores productivos.
Impulsar el comercio exterior
«Esperemos que empiecen a funcionar a mediados de año para comenzar a aliviar la economía boliviana», dijo Moreira sobre los bancos del gigante asiático que operarán en el país en 2024.
Con ello, «la presión de los dólares para el comercio exterior se va a aliviar y se van a abaratar costos logísticos en tramitología, específicamente. No costos de créditos, sino de trabajo con los bancos. Se va a implementar otro tipo de código SWIFT para la logística y la transacción de recursos o mercaderías de ese país».
E insistió: «Creo que va a ayudar a reimpulsar el comercio exterior en el país, también va a abrir mercados».
El analista indicó que Bolivia se podría beneficiar por su gran producción alimentaria, ya que «China es un gran consumidor de alimentos». Asimismo, la cercanía con la nación asiática también podría mejorar la situación del Estado Plurinacional ante la posibilidad de ingresar a los BRICS.
Según los últimos datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), de 2022, Bolivia importó de China por 2.546 millones de dólares, fundamentalmente automóviles, maquinarias e insumos para sectores productivos e industriales. Por su parte, Bolivia exportó por 788 millones de dólares.
De acuerdo con el Banco Central de Bolivia en 2022 el comercio con China representó un 7,6% del Producto Interno Bruto (PIB) y el 12% del flujo comercial total. En este sentido, la nación asiática fue su tercer principal socio, por detrás de los volúmenes comercializados con Brasil y Argentina.
También el litio
Con el objetivo de industrializar sus reservas de litio, el Gobierno de Arce suscribió convenios con empresas de China y Rusia para la construcción de cinco plantas procesadoras en los salares de Uyuni, Coipasa y Pastos Grandes, en los departamentos de Potosí y Oruro.
Considerando este vínculo, para el experto es necesario «tener un banco chino en Bolivia, porque no hablamos de una inversión pequeña. Son al menos 2.800 millones de dólares que invertirán entre China y Rusia en la construcción de las plantas de litio».
Sobre el ICBC, el economista reconoció «dos características fundamentales: es un banco transfronterizo y que brinda préstamos de desarrollo. Es un banco muy grande, está considerado entre los seis bancos más fuertes a nivel global. Es un buen referente», consideró.
Mientras que el estatal Banco de China está «entre los dos bancos más grandes de ese país», de acuerdo con el experto.