En medio de situaciones críticas para la seguridad nacional, sobre todo en Medio Oriente, Lloyd Austin juega al secretismo con la Casa Blanca.
Los miembros del Congreso y dirigentes del Pentágono no supieron durante varios días que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, estaba hospitalizado desde el pasado lunes.
Ante tal secretismo crecieron las dudas sobre su condición de salud, confesaron las fuentes, pues aún no está claro cuándo llegó la información a la Casa Blanca y a otros personajes clave, divulgó la agencia Associated Press.
De acuerdo con el medio, que el Pentágono no anunciara la hospitalización de Austin durante varios días en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, en Maryland, refleja una asombrosa falta de transparencia con respecto a su enfermedad y el alcance de su gravedad.
Según las indagaciones, varios funcionarios estadounidenses admitieron que muchos altos dirigentes del Pentágono no supieron nada hasta el viernes.
Criticaron además la decisión de esconder el dato en medio de una situación de innumerables crisis de seguridad nacional, lo cual es contrario a la práctica habitual del presidente, otros altos funcionarios y los miembros del gabinete.
El ingreso de Austin ocurre mientras decenas de bases militares estadounidenses y sitios de interés de la Casa Blanca en Siria e Irak son sometidos a repetidos ataques del eje de la Resistencia.
Además, los envíos comerciales con destino a «Israel» sufren bajo presión de las fuerzas armadas yemenitas, quienes insisten en su bloqueo naval en el mar Rojo mientras dure la agresión contra Gaza.
«Estos asuntos requieren discusiones y decisiones sensibles de alto nivel por parte de Austin y otros líderes militares clave«, razonó la AP al comentar lo tardío de la información en los círculos de poder de Washington.