El observador permanente adjunto de Palestina en la ONU condena a Israel por librar una guerra contra los palestinos para forzarlos a desalojar sus viviendas.
“La catástrofe humanitaria no es la consecuencia de una guerra, es una herramienta utilizada por Israel para presionar a la gente y forzarla al desplazamiento”, ha declarado este viernes Majed Bamya en la última sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) sobre la situación de Palestina en 2023.
Bamya ha señalado que las atrocidades israelíes no son un daño colateral de la guerra, sino parte de la agresión “con objetivos criminales” del régimen sionista contra los palestinos en Gaza.
Al hacer alusión a las dos resoluciones del Consejo de Seguridad vetado por Estados Unidos, el titular palestino ha cuestionado que si algún día termina la violencia, ¿cómo podremos olvidar el genocidio?
El observador permanente adjunto de Palestina en la ONU ha enfatizado que no se debe permitir que Israel permanezca inmune a las consecuencias de sus ataques, y si se espera que los palestinos “eviten la venganza”, debe haber justicia para las dos partes.
Dirigiéndose a Israel y la violencia sin precedentes del ejército israelí en la Cisjordania ocupado, ha dicho que Israel, en vez de adoptar medidas para poner un fin al conflicto, arremete contra la ONU y sus oficinas por publicar informes sobre la violencia de la entidad ocupante en esta región y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con sus iniciativas pone el peligro la paz de manera sempiterna.
También en esta sesión, el vicesecretario general para Oriente Medio de la ONU, Jaled Khiari, ha denunciado que la actual ofensiva israelí es la más intensa en la Cisjordania ocupada desde la Segunda Intifada.
Desde el comienzo de los ataques brutales de Israel a la Franja de Gaza 21 500 palestinos han perdido su vida y más de 55 900 han resultado heridos.