EE.UU. propuso a los grupos de trabajo del Grupo de los Siete (G7) examinar formas de confiscar activos rusos congelados por un valor total de unos 300.000 millones de dólares, reporta Financial Times este jueves citando a fuentes familiarizadas con el asunto.
De acuerdo con los interlocutores, el tema fue abordado en diciembre por los ministros y viceministros de Finanzas de los países del G7. En particular, se discutieron maneras de llevar a cabo la medida y evaluar posibles riesgos.
Durante las conversaciones, los representantes de EE.UU., respaldados por el Reino Unido, Japón y Canadá, han sugerido realizar un trabajo preparatorio que implicaría examinar los aspectos legales, el método de aplicar el paso que incluya mitigar los riesgos y las opciones de cómo dirigir los activos en apoyo de Ucrania. Según el plan, estos aspectos tendrán que ser analizados hasta finales de febrero del 2024.
Por otro lado, la UE, Alemania, Francia e Italia, que asume la presidencia en el G7 en el 2024, expresaron algunas dudas, constatando la necesidad de evaluar la legalidad de esta medida. Además, varios ministros europeos subrayaron la necesidad de mantener un alto nivel de confidencialidad acerca de las discusiones. Se destaca también que Italia está entre los países preocupados por las posibles represalias por parte de Moscú contra sus compañías que operan en el mercado ruso.
Asimismo, algunos ministros expresaron preocupaciones de que la posible confiscación de activos rusos sea percibida como una alternativa a la ayuda financiera tradicional a Ucrania.
La semana pasada, el nobel de Economía del 2013 y profesor de la Universidad de Yale, Robert J. Shiller, afirmó que la confiscación de activos rusos podría ser contraproducente para Occidente y el sistema económico actual.
«Además de que esto sería la confirmación para el líder ruso de que lo que está ocurriendo en Ucrania es una guerra ‘proxy’, paradójicamente podría volverse contra EE.UU. y todo Occidente», sostuvo Shiller, y añadió que la situación probablemente se convierta en «un cataclismo para el actual sistema económico dominado por el dólar».