La confiscación de los activos rusos congelados para ayudar a Ucrania podría ser «cataclísmica» para el sistema dominado por el dólar y confirmará una vez más a Moscú que el conflicto ucraniano es una guerra por poderes de Occidente contra Rusia, afirma el premio nobel de economía y profesor de la Universidad de Yale Robert Shiller.
«¿Qué señal le estaríamos dando a decenas de países que, como Rusia y también los países del G7, por seguridad convierten sus reservas a dólares y se las confían al tío Sam? Si Estados Unidos hace esto hoy con Rusia, si se apodera del dinero que le confió Rusia (…) mañana puede hacer lo mismo con cualquier otro país», declaró Schiller al diario italiano La Repubblica.
El experto cree que la expropiación de activos «destruirá el halo de seguridad que rodea al dólar», siendo «el primer paso hacia la desdolarización». Como señala Schiller, muchos países se inclinan ahora por esta vía, «desde China hasta los países en desarrollo, por no hablar de la propia Rusia», y otros Estados también pueden verse «tentados» a convertir dólares en yuanes «o, por qué no, en euros».
El uso de los activos de Rusia, alertó, constituiría la primera violación de la regla inquebrantable y llevaría a la destrucción del manto de seguridad construido en torno al dólar.
«Sería la primera operación de este tipo en la historia y tendrá consecuencias catastróficas para el actual sistema en el que domina el dólar», destacó.
Medios estadounidenses desvelaron que el presidente de EEUU, Joe Biden, inició conversaciones urgentes con los socios de Estados Unidos sobre la posibilidad de canalizar los activos congelados rusos para prestar asistencia al Gobierno ucraniano y estaría presionando al resto de países del G7 –el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Canadá y Japón– para presentar un plan para febrero de 2024.
Shiller advierte que hay muchas variables que Biden debe analizar antes de tomar una decisión de este tipo, ya que «paradójicamente podría golpear a Estados Unidos y a todo el bloque occidental».
Las naciones del G7 y la Unión Europea congelaron 300.000 millones de euros de las reservas de Rusia tras el inicio de la operación militar de este país para detener los bombardeos ucranianos contra los civiles de Donetsk y Lugansk en febrero de 2022.
El Ministerio de Exteriores de Rusia calificó la congelación de activos por parte de la UE como un robo a los inversores privados rusos y a las instituciones públicas del país.
Desde el Ministerio de Finanzas ruso alertaron de los riesgos para las inversiones extranjeras en la UE y advirtieron que los países miembros de ese bloque imponen restricciones contra los ciudadanos y entidades de Rusia, buscan confiscar los activos congelados, designan administradores externos en las subsidiarias de las empresas rusas, privan o restringen ilegalmente los derechos de propiedad a ciudadanos y compañías.